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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

Discípulo y Discipulado

En el Sendero

Disciplehip Tendemos a interesarnos por conceptos espirituales avanzados e ideas. Al hacer esto, es olvidado fácilmente, lo fundamental del sendero. Tomamos algo de aquí y de allá, pero las prácticas que hacemos, no nos traen subsecuentemente ningún progreso. Después de 10-12 años, hemos llegado, por lo tanto, a una situación totalmente confusa, donde no sabemos ya que estamos haciendo. Surge la desilusión, y esto podría aún causar depresiones. Cuando no tomamos en cuenta lo fundamental, viene un desarrollo lleno de rarezas con sus distorsiones resultantes.

Es necesario un acercamiento sistemático y científico, para la búsqueda de la verdad o para la propia transformación. Debemos procurar hacer lo posible por organizar nuestras vidas, de tal manera que experimentemos un desarrollo armónico y gradual. El sendero se llama discipulado y es un largo camino. El discipulado no puede lograrse en una noche. Para esto se necesita una persona espiritual perfectamente normal que no se exceda o realice poco y que no se arriesgue a hacer torturas en nombre de la pureza o de la espiritualidad. Él es perspicaz para trabajar regular y perseverantemente en su transformación hacia la luz y trata de salir de las ilusiones mundanas.

El propósito del discipulado es estar activo en conformidad con el alma. El alma es el ángel solar. Todos básicamente somos ángeles solares que han bajado a la tierra y han tomado cuerpos terrenales. Cumplimos nuestros deberes aquí, pero no desarrollamos un interés duradero. Mientras estemos interesados intensamente en el mundo exterior, nos “apegamos” a él y no podemos volvernos al sendero del discipulado. El Alma sin embargo siente que existe algo más en la vida que comida, bebida o ganar dinero, algo más que días festivos, deportes o el sexo. Aún si la experiencia nos hace felices, esto es solo por un momento y termina pronto. Un discípulo es quien ha probado los gozos de la vida y ha experimentado que no lo pueden satisfacer ni sostenerlo.

El primero y básico peldaño hacia el discipulado es ver al alma en todos los que nos encontramos en el mundo. No debemos rechazar a ninguna forma, situación o patrones de comportamiento. Mientras más rechazamos, tanto más limitamos nuestro alcance de visión de la experiencia. Nosotros no huimos de la sociedad o de los problemas, pero hacemos lo que debe hacerse. En la familia, en la profesión o en cualquier actividad social, podemos vivir para el espíritu y por tanto expresarlo. Un discípulo participa en cualquier actividad humana normal y sin embargo permanece en balance interno. Muchos discípulos de los maestros viven en las más bulliciosas ciudades del mundo, no se retiran a la soledad de las montañas. Deberíamos ser efectivos en la objetividad así como en la subjetividad y recordar siempre. “Estoy en el mundo, pero no soy del mundo”.

Un Trabajo de Tiempo Completo

De la misma manera como un hombre de negocios está resueltamente entregado a ganar dinero, así deberíamos comprometernos en el discipulado. En la vida de negocios el impulso es un motivo auto-centrado. En el discipulado el motivo debería ser servir al bien general. La postura del discipulado debería penetrar en todas nuestras actividades. El discipulado no es una actividad ocasional o casual, no es un trabajo parcial, pero debería ser nuestra principal profesión. El trabajo del discipulado consiste en unir nuestra identidad individual con la identidad universal.

Se espera del discípulo que se entrene a sí mismo bien, de manera que adquiera las capacidades con las cuales él pueda servir a la sociedad. No es de ayuda solo una buena intención, necesitamos también las habilidades relacionadas, para que podamos manifestar buena voluntad de manera inteligente. Para el trabajo son necesarias, sinceridad de intención y ser digno de confianza. Pero el discipulado también demanda en general una alegre disposición de ánimo surgiendo de un interior relajado. Un discípulo no puede estar siempre trabajando. En el discipulado hay lugar para el entretenimiento y la recreación moderada.

Muchos sin embargo son a menudo demasiado casuales en su trabajo de buena voluntad y esto no le hace bien al trabajo. Una persona exitosa en el mundo está orientada hacia su meta y hacia el trabajo duro. El discípulo también debería trabajar de esta manera.

El Proceso de Transformación

En un aspirante, es decir, una persona quien trata de convertirse en un discípulo, existe una lucha por largo tiempo entre sus ideales y sus hábitos. Le gustaría reorganizar su vida, pero sus hábitos viejos no le permiten hacerlo y experimenta una resistencia interna. Debe aprender a cambiar su foco poco a poco; no puede dar brincos repentinos de conciencia. No deberíamos pensar que ya somos discípulos porque leemos un libro que un maestro ha escrito o porque cantamos mantram. Mientras tratamos de lograr algo para nuestra personalidad con nuestras prácticas espirituales, estamos en el sendero del discipulado, pero todavía no hemos llegado aún al discipulado.

Experimentar cambios repentinos y conflictos es muy normal en el sendero del discipulado. A menudo el discípulo tiene altas y bajas, y su vida es absolutamente caótica, con problemas que conciernen a la familia, la profesión, la salud o la reputación. Las crisis se suceden de forma rápida; éstas ayudan a transformar nuestra personalidad y sirven para limpiar nuestro karma. Es a través de las crisis que adquirimos la habilidad para mantener el balance, en medio de preocupaciones y dificultades.

La ciencia de la respiración y la pulsación es la clave del discipulado. Cuando volvemos nuestra mente de forma regular hacia la respiración, se regulan los pensamientos y se liberan de las corrientes astrales y del mental inferior. Cada respiración nos brinda la oportunidad de movernos hacia arriba, hacia círculos superiores. La garganta es el centro del discipulado. Ésta debe ser mantenida completamente pura. Por lo tanto, la manera en que utilizamos las palabras es muy importante. El discipulado entero sirve a la transformación de los vehículos de los tejidos corporales, para dar una estructura más fina al cuerpo. De manera que esta transformación pueda suceder, el alimento que tomamos también es importante. Si es posible, no deberíamos comer carne, cosas fermentadas o comida hedionda. También deberíamos purificarnos interna y externamente con mucho agua y utilizar ropa sencilla inmaculada.

El Maestro y el Discípulo

El nuevo entrenamiento para discípulos es diferente del pasado. Antiguamente el maestro asumía la responsabilidad por el discípulo, y la condición era que el estudiante debía hacer todo lo que el maestro dijera sin preguntar. Hoy en día, se les permite a los discípulos ser más independientes que nunca. El maestro da la técnica y le propone algo que sería bueno que practicara. Él da guía, cuando es necesario. Él espera, no impone nada y nunca reprende, porque se estimula el libre albedrío. Cada quien puede tomar lo que le gusta, y es libre de experimentar la consecuencia de su acción. Aparentemente él discípulo es dejado solo, pero no lo está.

El maestro da su presencia, no de él mismo, sino que debe ser invocado por el discípulo en lo interno. Debemos sentir la presencia y empezar a trabajar. Cuando el discípulo está unido con el maestro y ve a un amigo, él ve al maestro en la forma del amigo. Pero también el maestro se acerca a él a través de aquellos con los que no está de acuerdo. Él busca que haya siempre alguien en el grupo quien no está de acuerdo con nosotros y por tanto hay fricción. Mientras más aceptamos esta fricción, tanto más nos redondeamos. Por tanto deberíamos ver al maestro como el grupo y en el grupo. Es una gran oportunidad la de convertirse en parte de un grupo y hacer un trabajo.

El maestro en nosotros, nos hace una llamada cuando nuestro estilo de vida no está de acuerdo con el discipulado. Muchos piensan que es una gran suerte encontrar a su maestro. Pero los maestros dicen que es una rara oportunidad la de encontrarse con un buen discípulo. Normalmente un maestro en la forma solo puede ser reconocido por un discípulo. Está la forma del maestro, y está el maestro mismo trabajando a través de esta forma. Muchos se relacionan con la forma y crean un culto alrededor de ésta, lo cual desarrolla una religión. Por tanto los discípulos a menudo son más atraídos por la fama del maestro que por la presencia. Adorando al maestro, sin embargo, ayuda a acercarse a Dios, vía el maestro.

Discipulado significa vivir y trabajar para el espíritu. Así como recibimos amor, conocimiento y apoyo, también nosotros deberíamos dar a los otros amor, conocimiento y apoyo. Entonces nos transformamos y nos convertimos en trasmisores de la energía del maestro. El maestro trabaja a través del discípulo de manera de ayudar a los aspirantes. Finalmente el discípulo se convierte en maestro y el maestro trabaja como discípulo.

K.P. Kumar: Hércules / notas de seminarios. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishta España.