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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

Progreso en el Camino

Progreso y Obstáculos

Progreso en el Camino

En cada ser humano hay un impulso interno de crecer. Es a través de este impulso que la humanidad progresa. Consciente o inconscientemente, tratamos de progresar y luchar por un futuro mejor. Esperamos una mejor salud, mejores condiciones económicas, mejores condiciones de vida, mejores condiciones familiares, mejores relaciones sociales, etc. Así, cada persona trata de progresar en su camino, aunque lo que una persona ve como progreso, otra puede no verlo. Las ideas sobre el progreso son variadas, y van desde metas muy mundanas hasta objetivos espirituales. Sin embargo, el ideal de perfección está presente en todos.

A medida que avanzamos en nuestro desarrollo, las dificultades se interponen en el camino, como problemas de salud, discusiones con nuestra pareja o familia, inseguridades financieras u otros obstáculos…. Experimentamos éxitos y fracasos, conflictos y luchas. Tenemos expectativas y experimentamos decepciones. Cometemos errores de los que podemos aprender para seguir adelante. Si no aprendemos de nuestros errores, nos estancamos.

La vida es progresiva, como la corriente de un río. Un río no se detiene por los obstáculos, los elude todos. Debemos ser como un río, afirmando fuertemente el progreso en la vida. Tal afirmación permite el progreso independientemente de las dificultades o enfermedades. Las afirmaciones generan voluntad y destruyen la desconfianza. La desconfianza y la artificialidad son los peores enemigos del progreso en la vida. La desconfianza genera dudas. La duda abre las puertas a la indecisión. La indecisión conduce a los retrocesos. Los retrocesos causan miedos y preocupaciones y entonces somos incapaces de avanzar.

Para invertir esta rueda, necesitamos restablecer la confianza necesaria dentro de nosotros mismos. Necesitamos confiar en nosotros mismos y confiar en nuestra naturaleza intrínseca. La confianza nos permite conectarnos con la reserva de la vida de la naturaleza en nuestro interior y establece así un reflujo de energía vital. Al pronunciar diariamente sonidos sagrados y contemplar colores radiantes, volvemos los pensamientos a lo divino y a la luz. Debemos aprender a conquistar los obstáculos con confianza y a crecer, incluso a amar los obstáculos. Cada obstáculo, cuando se supera, crea una alegría adicional de logro, que eventualmente conduce a la realización. “Déjame confiar y seguir adelante” es el pensamiento de las personas que han tenido éxito en la vida.

Cuando nos encontramos en una situación de la que no podemos salir, necesitamos a alguien que nos ayude. Buscamos impotentes una manera de avanzar. Es solo en situaciones tan críticas e indefensas que los maestros están disponibles y vienen en nuestra ayuda. Los maestros no ayudan a aquéllos que pueden ayudarse a sí mismos. Esperan hasta que el estudiante se haya quedado indefenso. Entonces intervienen.

Podemos enfrentar una crisis con la ayuda divina. Detrás de cada crisis hay una mano divina. Enfrentamos la crisis recordando lo divino en nosotros y en la crisis. De esta manera, la crisis se disuelve y el don de Dios aparece para seguir avanzando hacia la verdad.

No debemos deprimirnos, enojarnos o indignarnos en una crisis. Hay una tendencia dulce y sombría generalizada. Nos hace creer que otros son responsables de nuestra miseria y que son los enemigos que nos rodean o la situación en el mundo. También podemos ver la causa como una fuerza externa como “destino” o “los planetas”. Cualquiera que sea el nombre que le demos a la causa, el origen de nuestra propia infelicidad es nuestro propio comportamiento. Por lo general, sabemos muy bien que somos la causa de nuestra propia infelicidad y que somos responsables de los resultados de lo que hacemos. Sin embargo, nos gustaría creer que una fuerza externa nos impide progresar.

La Actitud Interna

La actitud interna es importante. No debemos ver a los demás como la causa de nuestros problemas. Tampoco debemos juzgarnos a nosotros mismos ni a los demás. Debemos abstenernos de tener opiniones sobre los demás. Juzgar a los demás es un obstáculo para nuestro propio progreso. Es importante que nos demos cuenta de que tenemos obligaciones inconclusas del pasado y que es nuestro propio hacer lo que causa el retraso en nuestro camino. El karma del pasado sale del vientre del tiempo con todas nuestras deudas. Debemos pagar las deudas de una manera honesta y cumplir con la ley de aceptación. Si tratamos de rechazar, posponer o manipular la deuda, nuestra montaña de deuda se hará aún más grande.

Las personas que culpan y reprochan a los demás se sienten cómodas por un momento culpando a los demás y no queriendo enfrentarse a sí mismas. Cuando jugamos este juego de culpa, estamos en una situación peligrosa porque nuestro propio progreso se estanca. Mientras no aclaremos las cosas con la ayuda de la luz interior, no se nos permite entrar en regiones superiores, y la pesadez de nuestro propio karma nos arrastra hacia abajo.

Para avanzar, nuestras acciones deben ser consecuentes, pero no crear consecuencias. Debemos tener cuidado de aclarar el karma pasado en el presente y no crear karma para el futuro. De lo contrario, nos esforzamos por progresar, pero siempre permanecemos donde estamos debido al karma recién creado. Es como caminar en una cinta de correr, y cuando nos detenemos en ella, nos deslizamos hacia atrás de nuevo.

La Voz de la Conciencia

Cuando entramos en la cámara del corazón, aprendemos lo que debemos hacer desde nuestra propia voz interior. Esta voz no nos juzga, no busca errores, sino que nos muestra todo de tal manera que podemos reconocerlo nosotros mismos. La voz interior nos dice desde dentro todo lo que necesitamos limpiar y reparar, y cuál es el enfoque correcto. Entonces, podemos comenzar a reprogramarnos para limpiar las cosas. Cada Maestro habla a través de nuestra voz interior, no hay otra manera, porque si nos lo dijera desde afuera, no estaríamos de acuerdo con él.

Cada tarde o cada mañana debemos reflexionar sobre las acciones del día anterior: ¿Actué correctamente y bien? ¿Me expresé con precisión? ¿Cómo administré mi tiempo y mi dinero? ¿Cómo gasté mi energía en términos de pensamientos, palabras y acciones? Desarrollamos la voz interior de la conciencia cuando somos responsables ante nosotros mismos. La revisión diaria es muy importante para avanzar en el camino. Sin una conciencia pura, no podemos progresar.

Detrás de cada acto de pureza y buena voluntad hay una multitud de ayudantes invisibles. Los videntes y los ángeles de la naturaleza ayudan sutilmente a cada persona que se dedica a obras nobles. Los actos de pureza no se ven afectados por el conflicto y la crisis en una sociedad. Por mucho que la sociedad esté en crisis, la buena voluntad en acción es imparable y los actos de pureza continúan progresando.

Progreso como Grupo

La energía acuariana apunta al progreso de la humanidad en su conjunto. No permite el separatismo y el progreso separado. A medida que progresamos, debemos pensar y actuar para ayudar al progreso de los que nos rodean. Al trabajar con un grupo, ocurren muchas transformaciones. Cuando formamos grupos, gradualmente sacrificamos nuestra individualidad por un movimiento y un progreso comunes. Sin embargo, aún conservamos nuestra personalidad, que surge de vez en cuando. Nuestra tendencia a ser impersonales es un paso en términos del progreso del grupo. Al trabajar silenciosamente por el bien común, aprendemos a trascender nuestra personalidad. Nuestra personalidad se convierte en un vehículo para el Alma, que es consciente del grupo.

Nos unimos para avanzar juntos. Nuestro primer grupo es la familia. Luego vienen todos los demás grupos. Si nos olvidamos de establecer la relación correcta con los que nos rodean, no progresamos mucho.

Es una gran oportunidad para formar parte de un grupo. Después de eso, hay otra oportunidad de encontrar trabajo en el grupo y así participar aún más. No se nos pide que hagamos un trabajo. El trabajo en sí es para nuestro progreso en el camino. Si pensamos que somos de gran ayuda para un grupo o para un Maestro, estamos viviendo en una gran ilusión. Es una oportunidad y con gran humildad debemos asumir nuestra parte y hacer nuestro trabajo. Debemos compartir lo que tenemos, ya sea conocimiento o los recursos que nos han llegado.

Ser inclusivo, no exclusivo, es un mandamiento. La exclusividad nos lleva a ser más individualistas. Eso no es progreso, es regresión. Es el Maestro quien ha traído a todos al grupo y, por tanto, debemos servirles. Las necesidades de nuestro hermano son nuestras necesidades. Los problemas de nuestro hermano son nuestros problemas. Este tipo de identidad es importante. Todos aquellos que se dedican al grupo y trabajan para el grupo progresan mejor en el camino en la Era de Acuario. El progreso individual sólo tiene una importancia secundaria. La actividad grupal debe venir antes que la actividad individual. El trabajo en grupo se realiza para el bien común y el disfrute de todos. Ese debe ser el objetivo y el propósito en el grupo para que todos progresemos simultáneamente con nuestro trabajo.

Al unirnos como grupo cumpliendo los objetivos de la Jerarquía, avanzamos como una ola. De acuerdo con el progreso que hemos hecho en la vida, la Naturaleza nos ofrece en la próxima vida una encarnación en una familia en condiciones en las que es más fácil cumplir el programa del alma y progresar más juntos.

Fuentes utilizadas: K. P. Kumar: La Escalera de Oro; notas de diversos seminarios. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishtha España (www.edicionesdhanishtha.com)