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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

Las 7 Razas

Nuestra Propia Historia

The 7 Races Cuando contemplamos contextos cósmicos, nuestras mentes se abren y rompen los límites de nuestros patrones de pensamiento. Nos elevan hasta algo ilimitado y magnífico y traemos algo de esa grandeza a la vida cotidiana. Es así como los problemas de la vida diaria parecen ser más pequeños e insignificantes. Sin embargo, antes de que podamos ser receptivos de la sabiduría cósmica, se necesitan largos años largos de preparación, y tenemos que crecer sin prejuicio más allá de las opiniones civilizadas. Aunque todos somos seres humanos de una humanidad, existen niveles en la comprensión. Para una mejor comprensión tiene que haber un entrenamiento, que llamamos el sendero del discipulado o del yoga.

La sabiduría antigua se ocupa de la creación del cosmos y del hombre. Ella muestra nuestra propia historia como almas: cómo se desarrollaron nuestros cuerpos, cómo perdimos nuestra identidad original y cómo recuperarla. La exploración de la historia subjetiva del mundo va más allá de lo físico, y revela un panorama mucho más amplio que lo que la ciencia moderna sabe y reconoce. La conciencia moderna, que ha crecido excesivamente en lo material, se cierra a la conciencia subjetiva. No se permite expresar sensaciones o percepciones internas. Aquellos que se lo permiten son vistos con suspicacia. La noción del pueblo y la raza es vista sólo con escepticismo, causado también por el uso erróneo de las palabras por los políticos. Aquí la palabra raza denota simplemente cierta clase de desarrollo evolutivo de la humanidad.

La gente moderna no expresa sus percepciones subjetivas, pero cada país tiene su contenido espiritual, que cada persona lleva en su psiquis. Cada uno de nosotros tiene una historia grande, que se relaciona con la raza y la nación. La cronología verdadera se vela y se sabe poco sobre ella, excepto en los templos-cueva de los Maestros de Sabiduría. Pocas personas tuvieron acceso a estos lugares, entre ellos H. P. Blavatsky. Su Maestro la hizo pasar por un entrenamiento intenso y de esa manera Ella ganó los niveles de intuición. De esa forma Ella pudo poner en evidencia en la “Doctrina Secreta”, el conocimiento de los círculos superiores acerca del desarrollo pasado y futuro de la tierra y del hombre y abrió una ventana sobre un gran océano. Con nuestro pequeño conocimiento no debemos enjuiciar estas cosas.

El Largo Viaje

Al principio de una creación, viene un impulso de la eternidad de la existencia. Se divide en las tres cualidades de Voluntad, Amor y Actividad, que se subdividen más adelante en 7 cualidades, 7 sonidos, 7 colores y 7 planos de existencia, que también existen en nosotros en los 7 centros. Somos hechos a imagen y semejanza de Dios. Como la semana con sus 7 días, nuestras vidas progresan en ciclos de 7 años, cada uno de los cuales debe conducirnos a anillos superiores. En su trayectoria evolutiva a través de los eones, nuestra tierra también pasa a través de una cadena de 7 encarnaciones o globos. Estamos en el cuarto, el globo físico denso. Somos viajeros que han descendido tres pasos hasta el cuarto, y que ascenderán nuevamente tres pasos más.

No hemos comenzado recién nuestro viaje en este planeta, sino que hemos pasado ya por los reinos mineral, vegetal y animal. En un espacio de tiempo inconcebible hemos cambiado nuestras vestimentas muchas veces, pero como almas tenemos nuestra identidad. En nuestro ser más íntimo somos una monada inmortal, una unidad, una chispa del océano ilimitado de ser. En este planeta pasamos a través de 7 oleadas de vida llamadas las razas raíces, y cada raza tiene a su vez 7 sub-razas con ramificaciones. Estas subdivisiones múltiples pueden confundirnos mucho. No obstante, entendemos la evolución del hombre y del universo si estudiamos las fases del embarazo humano, a través del cual todos hemos inconscientemente pasado, porque el embrión repite en muy corto plazo, todas las fases del desarrollo.

De igual forma que el embrión tiene forma gelatinosa al principio, la primera raza no era físicamente densa y no tenía un esqueleto interno. La segunda raza, “los nacidos del sudor”, conduce lentamente a una condensación gradual de las formas gigantescas cambiantes, que existieron durante la tercera raza, hoy llamada Lemuria. Los cuerpos se hicieron más pequeños y las formas eran totalmente diferentes de las de hoy. Hasta la mitad de la tercera raza, el hombre carecía de mente, y los dos sexos no estaban separados aún. En el tercer mes, el alma entra en la matriz por siete meses y se envuelve en las envolturas de la personalidad.

Manas y los Dos Senderos

Necesitamos una personalidad para poder tener experiencias. Para que la humanidad pueda tener experiencias concientemente, un grupo de seres llamados Manasa Putras (Hijos de la Mente Cósmica) o Agnishvattas (Señores de la Llama) decidieron despertar la mente (manas) en el hombre. Son vistos como rebeldes cósmicos y por algunos también como los ángeles caídos. Hubo mucha discusión en los círculos superiores acerca de si el hombre al tener libre albedrío, actuaría de acuerdo con el Plan o no. Las fuerzas conservadoras no querían darle mente; pero los rebeldes decidieron dársela. Los seres humanos deben lograr la auto-conciencia y aprender a través de la experiencia que la libertad significa responsabilidad. Esto sucedió hace 18 millones de años.

La leyenda griega cuenta que Prometeo le robó a los Dioses el fuego de la mente para dárselo a los seres humanos. Así la caja de Pandora se abrió y de ella salieron la guerra, el dolor y el sufrimiento. Pero de la caja no sólo salieron males sino también la esperanza. Es la esperanza de que la humanidad aprenda a andar el camino hacia la fuente de Luz para desarrollarse más rápidamente que de manera inconsciente, para alcanzar así la meta y cooperar en la salvación de la humanidad.

Desde la segunda mitad de la tercera raza hubieron dos senderos: un grupo pequeño tomó el sendero espiritual de ascenso; se conectaron a través del yoga con la mente (manas), con buddhi y atma y terminaron el ciclo de sus experiencias terrenales. Se asociaron con la Jerarquía Espiritual fundada por los Agnishvattas, con la Isla Blanca, Shamballa, como su centro. Este camino de entrenamiento superior siempre se mantuvo abierto para la humanidad.

La mayoría, no obstante, siguió el camino de la mente inferior y física, se desarrollaron intelectualmente a costa de la espiritualidad. Los Manasa Putras habían dado el conocimiento del bien y del mal a los seres humanos; muchos lo emplearon mal y tomaron concientemente el camino de la izquierda. Con la aparición del continente de la Atlántida, el hogar de la cuarta raza, desaparece la Lemuria y con ella los rastros de su gran civilización situada en el área del Pacífico.

En la Atlántida, el crecimiento de la conciencia de la personalidad asumió formas enormes. Los atlantes tenían energías psíquicas enormes que utilizaron para propósitos egoístas, no sagrados. Cometieron muchas perversiones sexuales y en su orgullo de poder se consideraban Dioses. Así los magos de la logia occidental con centro en el área del Perú, abrieron la puerta al mal.

No obstante, los iniciados de la Logia Blanca en los Himalayas, creían en la simplicidad y la humildad. Antes de que la Atlántida se hundiera en varias etapas en las profundidades del océano hace cientos de miles de años, Ellos recolectaron las semillas de la quinta raza y las trajeron a Asia Central. La gente de esta nueva oleada de vida llevaron una vida simple y modesta y se dedicaban a la exploración de lo interno.

La Nueva Semilla

Las personas que se hundieron con la inundación reaparecieron gradualmente en nuevos cuerpos. Aunque llevaban en ellos la esencia de la experiencia del sufrimiento, que permitió cierto progreso, la lucha por el poder y el orgullo ancestral aumentó nuevamente. Cerca del 15% de humanidad trabaja hoy con la conciencia de la buena voluntad, 15% vive aún el impulso de la Atlántida por la grandeza y el poder y tienen una fuerte influencia en el 70% restante, que se tientan fácilmente por seguir el camino de la comodidad, el dinero y el poder. Pero con nuestra determinación hacia la buena voluntad, consolidamos las Fuerzas de la Luz. Estamos parados en el umbral de la sexta sub-raza de la quinta raza, y enfrentamos la tarea de romper con la cristalización del pensamiento material y de elevarnos con una mente más pura a la intuición. Los pioneros de la sexta sub-raza se reúnen particularmente en América, donde desde hace 300 años se entremezclan gentes de todas las naciones para convertirse en una semilla nueva. Una vez que se superen las actitudes separatistas de la Atlántida en relación con el poder, la manipulación económica y el pensamiento religioso militante, las aspiraciones de excelencia y libre pensamiento de estos pioneros despejarán el camino para lo nuevo. A través de un puente al Oriente, se llegará en un futuro aún lejano, a la sexta y la séptima razas, a una civilización espiritual con coexistencia pacífica.

Fuentes utilizadas: K. P. Kumar: Notas de Seminarios. The World Teacher Trust - H.P. Blavatsky: La Doctrina Secreta. The Theosophical Publishing House (www.theosociety.org ).