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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

El Antahkarana

Instrumentos Internos y Externos

Antahkarana En la trayectoria espiritual aprendemos trabajar en el lado subjetivo y objetivo de la vida. Para poder funcionar en ambos mundos, existen instrumentos internos y externos. De igual manera que tenemos el cuerpo externo trabajando con ayuda de instrumentos externos, también tenemos un cuerpo interno e instrumentos internos. Los instrumentos externos se llaman Bahirkaranas en sánscrito; los instrumentos internos, Antahkaranas. Karana significa instrumento, ayuda. Antah significa adentro. Bahir significa afuera. No tenemos que preocuparnos de los términos en sánscrito si entendemos el significado que estos términos técnicos aportan.

Los Bahirkaranas son el cuerpo externo de carne y sangre, los sentidos, y la mente objetiva. La mente está trabajando a través de los órganos de los sentidos; no trabajan independientemente. Son las herramientas de la mente para un uso objetivo o externo. Los cuatro Antahkaranas son la mente - el principio que refleja o Manas; la luz de la discriminación, Buddhi; la conciencia individualizada, también llamada Ahamkara, el “artífice del Yo”; y el habitante divino llamado Vasudeva en sánscrito. Puesto que Dios existe en nosotros, tenemos actividades de conciencia y de vida. Podemos visualizar a Vasudeva y a su luz, Buddhi, en el centro de la cabeza, y en la frente como una luz radiante. El asiento de la mente está en el entrecejo. Nuestros ojos pueden transmitir la luz. Hay una mirada de conocimiento que inspira y eleva a otros. Podemos ver esta luz, cuando penetramos con la mirada dentro de los ojos de otro ser humano o también en los de un animal. Cada forma es una forma de luz, en la cual podemos hacer real, la transmisión de la luz. Esta luz es cubierta y velada por las formas.

Contemplando en la presencia de la divinidad en nosotros, permitimos que las tres calidades del alma - Voluntad, Amor y Luz – se manifiesten más y más en nosotros. Estas tres, son llamados también instrumentos internos. La conciencia individualizada, Ahamkara, funciona a través de ellos. La mente debe recibir su trabajo, reflejarlo y expresarlo con la ayuda de los instrumentos externos, el pensamiento, los sentidos, y el cuerpo. Esto requiere que los instrumentos internos y externos, Antahkaranas y Bahirkaranas, estén alineados entre sí y así el hombre externo está conectado con el hombre interno. Entonces entramos en el espacio interno, que se llama el templo interno o Antahkarana Sarira. Encontramos la entrada del templo en el pulsante principio vital, el corazón. Para esto tenemos que cerrar la puerta a las actividades externas y volvernos al interior. El Maestro C.V.V. le llama a esto “Dip Deep” - “inmersión profunda”. En Yoga se llama también estado de Pratyahara, de absorción. Observando la respiración, llegamos a este estado en el que la conciencia del cuerpo se pierde. Por tanto, la respiración también pertenece a los instrumentos internos.

El hombre externo efectúa experiencias en el mundo. En esto, el hombre interno le da consejos. El hombre externo va hacia el interior, de manera de recibir lo que ha sido dicho por el hombre interno, la conciencia “YO SOY”, y actuar en conformidad. Los discípulos y los maestros avanzados escuchan esta voz del silencio y así pueden ser impresionados desde los planos superiores. Con su Astrología Espiritual y otros trabajos, el Maestro EK ha dado ejemplos excepcionales de este proceso de escritura inspirada. Cuando se le ha preguntado cómo ocurre esto, él dijo, que recibe una llamada súbita en el plano búdico y su aparato, el Antahkarana Sarira, se alerta y orienta. Entonces él ve una escritura pasar velozmente en el éter, la cual lee para dictar, o ve pasar una película y la describe. Es así como dictó los libros. Nunca dijo que fueran suyos.

Todos los grandes maestros de la sabiduría funcionan en ambos lados, en el sutil con la ayuda de los Antahkaranas, y con la ayuda de los Bahirkaranas, en el exterior, con el cuerpo físico. En los reinos sutiles no necesitan los Bahirkaranas. Cuando trabajan en el plano físico denso, utilizan los Bahirkaranas conjuntamente con los Antahkaranas. Esto se demuestra maravillosamente en el libro “Música del Alma”. El alma en su subjetividad es Djwhal Khul, y en su objetividad es Giri Sarma. Así los iniciados llevan una vida doble: una vida en asociación con el alma y al ser eterno, y una vida limitada por esta encarnación.

La sabiduría de los maestros es una sabiduría hecha realidad. Puesto que sus acciones Voluntad, Amor y Luz son instrumentos naturales. Esencialmente, se están manifestando en el Antahkarana Sarira y penetran en los alrededores con las miradas, las palabras, la presencia. Un iniciado ayuda a otros a transformarse y a volverse al interior, porque él mismo vive en el Antahkarana, muy cerca del centro divino.

Aquéllos que sólo viven en el exterior y buscan reconocimiento externo, son arrastrados por el caos del mundo. Es por ello que las Escrituras enfatizan el que debemos relacionarnos con los Antahkaranas y volvernos hacia dentro. En general, sólo sabemos utilizar los Bahirkaranas. Si no logramos los instrumentos internos, la sabiduría no nos ayuda en la actividad diaria. Existe entonces, una brecha entre lo que hablamos y cómo actuamos y vivimos. Salvar esta brecha se llama construir el Antahkarana o cuerpo de luz. El cuerpo de Antahkarana está formado de ondas de luz, de la forma más sutil de materia, que no puede ser destruida.

La Construcción del Antahkarana

La construcción del Antahkarana es hecha, a través de vivir una vida pura, a través de correcto pensamiento, palabra y acción. Es un proceso lento y paciente. Es por ello que se dice, que en el sendero del discipulado, Saturno coopera con Mercurio en la construcción del Antahkarana. Saturno rige la disciplina concerniente a nuestro comportamiento. Mercurio es el Señor de la Palabra y de la Interacción. Aquellos, que no tienen dominio sobre el pensamiento, la palabra y la acción correctos, aún no han construido el Antahkarana. El centro de la garganta guarda la llave de la construcción, y cuando trabajamos con sonidos y colores sagrados, ocurre la magia de la construcción del Antahkarana. También la adoración de Dios con devoción, con el deseo ardiente de experimentar Su luz y Su presencia, promueve el desarrollo del Antahkarana Sarira.

La leche juega un papel importante en la limpieza de las capas del cuerpo. La leche y los productos lácteos de buena calidad apoyan la construcción del cuerpo de Antahkarana con su material. Especialmente al Ghee, mantequilla purificada, se le describe como el “esperma espiritual” y “el combustible de la luz”.

La Luz en el Centro

Cuando se construye el cuerpo de Antahkarana, realizamos que nosotros somos el Ser inmortal y que vivimos en el Antahkarana Sarira como en una casa interna, para la cual la envoltura física densa es como una casa externa. Incluso después de desprendernos del cuerpo físico, la casa interna permanece. La casa se convierte en un templo cuando se instala una imagen de Dios o del Maestro Interno en el Antahkarana Sarira. Podemos contemplarlo como una imagen o luz radiante en forma humana, y así las calidades de la divinidad se manifiestan más y más en nosotros. Cuando se construye el puente entre el plano búdico y el mental, surge la intuición. El Maestro nos habla y nos dirige desde el interior y produce la transformación de nuestra personalidad. Podemos también hablar con él y pedirle guía y consejo.

La luz en el centro del cuerpo de Antahkarana es la llama, a la que también se le llama el centro del loto egoíco, la joya en el loto. Está rodeada por una estructura de luz como los pétalos triangulares de ondas luminosas. A través del centro del loto egoíco, la luz está enfocada, como emanando de una fuente. En las Escrituras esto se describe como “la luz azul eléctrica”. Ésta, Irradia a través de los pétalos como una llama triangular, cuyos rayos son los instrumentos internos, los Antahkaranas. La luz en sí misma no es la fuente, sino que es el canal para la fuente, a través de la cual, el hombre encuentra, al Hombre de los Cielos. La información sobre esto nos ayuda a trabajar con ello.

K.P. Kumar: El Maestro E. K. –Maestro de la Nueva Era / Notas de seminarios / E. Krishnamacharya: Psicología Espiritual. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishta España.