El Ascendente

Enseñanzas de Sabiduría
Los Centros

Si queremos seguir el Camino dado por los grandes Maestros, debemos conocer ciertos aspectos básicos de nuestra carta natal. Es parte del entrenamiento de los aspirantes que conozcamos la posición de nuestro ascendente natal y que sepamos en qué signos estaban el Sol y la Luna, y si es posible los otros planetas al momento de nuestro nacimiento. Además, debemos conocer las posiciones actuales de los planetas y observar su movimiento en relación con nuestros planetas natales a diario. El trabajo regular con estas herramientas sutiles nos da conocimiento, conciencia y fuerza. Nos ayuda a neutralizar las influencias de los principios inferiores de la vida y a anclar nuestra conciencia en los principios superiores.

A veces también debemos elaborar nuestra carta de progreso, preferiblemente en nuestro cumpleaños. El estudio de esta carta nos permite reconocer los secretos de toda nuestra vida escondidos en las horas y días posteriores a nuestro nacimiento. En este cálculo del horóscopo progresado, por ejemplo, 1 día representa 1 año de nuestra vida. Las posiciones del ascendente y de los planetas que se mueven rápidamente cambian y forman diferentes aspectos durante nuestra vida. Por tanto, tiene un efecto cuando la Luna u otro planeta entra en una nueva casa o forma nuevos aspectos.

Un buen estudiante suele hacer un horóscopo progresivo en su cumpleaños para comprender mejor el plan para el próximo año. El Maestro EK hacía esto la noche antes de su cumpleaños. Debido a que no había computadoras en ese momento, dibujó el horóscopo a mano. Al mirar el horóscopo progresivo, podemos aprender en qué áreas debemos estar atentos y cuidadosos en el año que comienza, dónde se encuentran nuestras fortalezas y limitaciones y cómo podemos transformar nuestras limitaciones en fortalezas. Para ello, necesitamos conocimientos básicos de astrología.

Cada uno de nosotros tiene sus propios patrones en los que nos diferenciamos de los demás. Incluso sin astrología, podemos reconocer a través de una buena observación que las personas se comportan de acuerdo con un cierto patrón en ciertos momentos y en ciertas situaciones. Sin embargo, la astrología nos ayuda a reconocer mejor cómo estos patrones de comportamiento nos afectan a nosotros y a otras personas. Esto se debe a que los patrones surgen de las energías que están representadas en el horóscopo en forma de ascendente, colocaciones planetarias y casas. La posición del ascendente y la ubicación de los planetas en los doce signos solares en el momento del nacimiento muestran nuestro patrón básico de comportamiento. Los tránsitos planetarios nos traen las experiencias correspondientes y las transformaciones en la vida. La progresión muestra qué situaciones encontraremos cada año para que podamos elaborar un plan para el año en cuestión.

El tiempo nos impulsa y nos empuja a progresar. El ascendente es el presente en el que tenemos que trabajar; la Luna representa nuestro pasado y el Sol representa nuestro futuro. Cuando la Luna está en ascendente, continuamos en el camino de nuestro pasado en el presente. La cualidad del alma puede ser reconocida por la ubicación del Sol en el horóscopo. La personalidad es revelada por el ascendente y la cualidad mental puede ser reconocida por la Luna. El Maestro KPK explicó que no debemos enfocarnos demasiado en el Sol, sino en la Luna y el ascendente, porque el Sol es el más alto. Hay que ser intuitivos en nuestra comprensión para unir las diferentes dimensiones.

A través del ascendente obtenemos una nueva comprensión y de vez en cuando surge un impulso para experimentar. Tan pronto como este impulso es más fuerte que el viejo rasgo de carácter, nos arriesgamos, por así decirlo, y nos familiarizamos con situaciones desconocidas. Esta expansión a través de la vida ocurre a través del trabajo del Sol naciente, el ascendente. El hecho de que hablemos del “ascendente” indica que el ascendente ofrece una expansión y un ascenso hacia una conciencia superior.

Por ejemplo, si la Luna natal está en Cáncer y el ascendente está en Sagitario, el ascendente ayuda a superar la limitación innata del miedo y proporciona una poderosa expansión. Sin embargo, mientras no estemos listos para progresar y romper los grilletes de nuestra vida habitual, el ascendente no estará activo en el horóscopo. Incluso la decisión de trabajar con el ascendente es un paso importante hacia un mayor desarrollo. Sucede en sintonía con el plan del tiempo.

El signo en el que se encuentra el ascendente indica el tipo de actividad a la que debemos recurrir para alcanzar la luz del alma. La luz del alma nos informa sobre el bien y el mal. Una vez que hemos ganado y agarrado firmemente la luz del alma, salimos lentamente de nuestros viejos rasgos de los cuales la Luna es la depositaria. La meta del ascendente es lograr nuestro ascenso de la mente a buddhi, la luz del alma.

El plano búdico está regido por Mercurio, que se llama Buda en sánscrito. El ascendente nos conecta con buddhi, es decir, Mercurio, que está cerca del Sol, el alma. El ascendente nos ayuda a darnos cuenta de que somos el alma y no solo una personalidad. También nos ayuda a reconocer el tipo de actividad con la que necesitamos trabajar en esta encarnación para avanzar hacia el alma. De este modo, nos permite transformarnos de un ser humano mortal a uno inmortal.

En el Bhagavad Gita, el Señor Krishna habla de Swadharma, que significa “trabajar de acuerdo con la meta de la vida”. El ascendente establece la meta; es el oriente para nosotros, por donde sale nuestro Sol. Es nuestro comienzo en esta vida porque es el signo que se elevó en el horizonte oriental cuando nacimos. Desde el ascendente formamos todas las otras doce casas. El resto del horóscopo se basa en el ascendente.

Cada signo solar tiene su propia naturaleza exaltada. De acuerdo con nuestro ascendente, debemos decidirnos a llevar una vida en armonía con la actividad sugerida por el signo zodiacal en el que se encuentra nuestro ascendente. Debemos tratar de reconocer y adoptar el mejor aspecto de un signo y utilizarlo en el servicio. Esta es una de las claves que da la astrología espiritual para determinar el propósito de nuestras vidas y vivir en consecuencia.

Por ejemplo, si el ascendente está en Sagitario, vivimos para elevar a nuestros semejantes. Al servirles, comenzamos a olvidarnos de nosotros mismos a través de este servicio. El ascendente en Virgo indica la meta de una vida muy pura. Con este ascendente, la meta de la vida se puede cumplir si dedicamos nuestra vida a servir a los débiles y desfavorecidos y así alcanzar un espíritu muy puro. Con un ascendente Cáncer desarrollamos una naturaleza maternal. Con un ascendente Leo, la enseñanza y la sanación cumplen nuestro propósito en la vida.

Cuando nos ponemos a nosotros mismos y a nuestra alegría y ganancia personal en un segundo plano, recibimos la cooperación de familiares, amigos y colegas. El apoyo también viene de dentro, por ejemplo, al tener menos dolores y molestias y al cuerpo al ser rápido y estar dispuesto a trabajar. Si el cuerpo ha sido bien cultivado, ayuda al alma a llevar a cabo su programa. El libre albedrío comienza a ganar fuerza y con el tiempo nos volvemos más profundos, silenciosos y contemplativos. En general, nuestra vida se eleva a un nivel superior al vivir para nuestros semejantes con el fin de elevarlos. A través del trabajo meditativo interior, los mejores aspectos de los doce signos del zodíaco se armonizan con nuestra conciencia.

En el horóscopo, el ascendente indica el rayo de nuestra personalidad, el Sol con respecto al rayo del alma y la Luna con respecto al rayo mental. Primero, sin embargo, debemos conocer los signos solares y a qué rayo pertenece cada signo solar. También debemos saber a qué rayo pertenecen los planetas y qué calidad de rayo tiene un planeta en particular en una casa en particular. Después de que aprendemos los conceptos básicos de la astrología y estudiamos nuestra carta natal, los tránsitos y las progresiones, la intuición comienza a manifestarse. La astrología es un campo amplio y requiere más que esta breve descripción.

Para una persona que vive en la conciencia del alma, el ascendente ya no representa la personalidad, sino el alma que traza su camino de regreso al espíritu. El espíritu dentro de nosotros es el verdadero centro de la conciencia y, por tanto, representa el verdadero Sol Espiritual, que es invisible.

Tan pronto como la conciencia del alma despierta en nuestro interior, comenzamos a vivir en conciencia grupal y estamos en contacto directo con aquellos que están en el mismo nivel. En la Astrología Espiritual, el Maestro EK señala que en esta etapa debemos enfocar nuestra actividad espiritual exclusivamente en el signo de nuestro ascendente. En este momento, recibiremos la tercera iniciación. Vivimos como uno en todos los corazones de nuestros condiscípulos. Todas las experiencias de todo el grupo de discípulos se unirán y luego se distribuirán equitativamente a todos.

Fuentes utilizadas: K.P. Kumar: La Luna – La Clave; notas de diversos seminarios / E. Krishnamacharya: Astrología Espiritual. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishtha España (www.edicionesdhanishtha.com)