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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

El Centro del Corazón

Los Siete Centros

Anahata Existen siete centros etéricos a lo largo de la columna vertebral. Éstos son vórtices de energía que conducen los siete planos de la conciencia. Aún no son conocidos por la ciencia occidental; la ciencia Oriental del yoga los conoce como conciencia física en el centro base, Muladhara; conciencia emocional en el centro del bazo, Swadhistana; conciencia mental en el centro del plexo solar, Manipuraka; conciencia búdica en el centro del corazón, Anahata; conciencia etérica en el centro de la garganta, Visuddhi; conciencia como `YO SOY' en el centro en la frente, Ajna; y conciencia como `ESO YO SOY' en el centro de la cabeza, Sahasrara. Existen muchos más centros que estos siete en el cuerpo humano, pero éstos son los más importantes para nosotros.

Los centros son puntos de cruce a lo largo de la columna vertebral, que es una columna de luz. En cada punto de cruce se regula otro elemento. En el centro de la garganta es Akasha, en el centro del corazón aire, en el del plexo solar fuego, en el centro del sacro agua y en el Muladhara materia. Así, los yoguis lo han percibido a través de años de contemplación. El aire en el centro del corazón es el poder de la pulsación que causa la circulación de la sangre y suministra oxígeno al cuerpo entero.

Los tres centros superiores se reflejan en los tres centros inferiores. El corazón es el centro que es el más central de todos; forma el puente entre los centros y sus síntesis. Porque el corazón es el asiento del amor, y la Divinidad existe en todos nosotros como amor puro. En el hombre ordinario, que es egoísta y mundano, los centros superiores, del corazón hacia arriba aún no han despertado. Con el despertar del alma, se desarrollan de una manera natural. Mientras nos centremos principalmente en nuestros propios deseos, estamos en el plexo solar. Si somos conscientes de las necesidades de otros, y trabajamos para ellos, nos elevamos del plexo solar al centro del corazón. Mientras meditamos, recibimos energías solares de la fuente de luz, y los lotos nos orientan hacia la luz. A través del servicio y de derramar amor hacia el prójimo, transmitimos las energías y entonces florecen los lotos.

La Puerta al Interior

El centro cardíaco etérico está en el centro del pecho, no en el lado izquierdo, donde se encuentra el corazón físico. Nuestro corazón físico se forma alrededor del centro del corazón en el vientre de la madre. El centro precede toda la materia física y hace su primera manifestación como un centro de pulsación. Aparece como un centro de campos electromagnéticos en el espacio, como un núcleo de un átomo y luego el núcleo de una célula y solo entonces como el centro del corazón de un ser humano.

El centro del corazón es la puerta entre la existencia interior y la exterior. Fuera del centro del corazón existen las coordenadas del tiempo y el espacio. Si entramos a través del punto en el centro del corazón hacia lo interno, las coordenadas desaparecen. Allí no se tiene ya conciencia del tiempo ni conciencia de acontecimientos externos. Estamos en el espacio interior que llamamos la columna vertebral donde, de la cabeza a la base de la espina dorsal, tenemos los vórtices de energía de los centros y en los que vivimos originalmente. Salimos de allí para ser activos en la objetividad. Pero, puesto que vivimos constantemente en el mundo externo, hemos perdido la llave para entrar de nuevo al interior. La mayoría de las personas no sabe que son una columna de conciencia y que en el punto de la pulsación están en la puerta al espacio interno. Esta puerta al interior, el sanctus sanctorum es dorado puesto que el color del centro del corazón es dorado.

En sánscrito al centro del corazón se llama Anahata, que significa sin-sonido. La Señora Blavatsky lo tradujo como la Voz del Silencio. Anahata es el sonido producido “sin el contacto de dos objetos”. En sánscrito a esto selo llama Pranava, que es OM. Por lo que dice, “al final de la trayectoria se escucha OM.” Cuando podemos escuchas el OM en nosotros, el cual se mantiene ocurriendo como un sonido de murmullo, hemos llegado al umbral de la verdad y a través de la entrada podemos entrar profundamente en nosotros. Quedamos absortos en ella y perdemos incluso la conciencia de que existimos. Ésa es la existencia pura que se llama Samadhi y también Paranirvana en yoga. Esto no puede observarse, porque no hay quien observe. El alma individual se funde con el alma universal.

Cuando la conciencia regresa y se expresa en el plano del alma a través del centro cardíaco, es atraída por el color de los pétalos de rosa. Entonces somos una rosa en el corazón. Diversas escuelas meditan sobre el color de la rosa en el centro del corazón; así se convierte en el símbolo verdadero de los Rosacruces (el símbolo de la Rosa y de la Cruz). Es su trabajo entrar en la experiencia y regresar como una rosa divina y conducir el trabajo sobre la tierra.

Entrando al Corazón

Para alcanzar el centro del corazón tenemos que tomar el hilo de la respiración. Con la ayuda de la inhalación lenta y profunda alcanzamos la región del corazón. Entonces la exhalación nos lanza hacia fuera de nuevo. Intentamos entrar otra vez y la exhalación nos lanza hacia fuera nuevamente. Los pensamientos continúan viniendo también y nos llevan lejos, porque la mente no está acostumbrada a ir adentro. El hábito de entrar a la región del corazón con la inhalación y de entrar más y más profundamente en nuestro ser se forma sólo gradualmente. Entonces ya el primer paso de la respiración lleva ya a la mente al centro cardíaco. También intentando encontrar la fuente de OM en el corazón descubrimos que se está pronunciando incluso cuando no lo pronunciamos físicamente, eso es un suceso. Pronunciar la palabra sagrada manifiesta una nueva dosis de energía eléctrica del espíritu. El Maestro CVV comenzó a emitir la luz penetrante de la energía de Urano, el estímulo de la energía de Acuario. Cuando ocurre la invocación del sonido CVV, esta luz comienza a brillar dentro del loto del corazón y se desarrolla rápidamente. Es por ello que los acontecimientos suceden muy rápidamente en las vidas de la personalidad de esas personas.

En la curación nos podemos conectar con esta luz del centro cardíaco: Invocar al Maestro CVV puede ayudar a eliminar problemas en su propio cuerpo y en los de aquéllos que intentemos sanar. Para esto podemos visualizarnos en el corazón como una forma de luz dorada del tamaño del pulgar.

En el silencio del corazón también desarrollamos sensibilidad al plan. Algunos reciben la impresión como visiones; otros en forma de sonidos o a veces ambos, como visión y sonido. Esta impresión de los planos sutiles solo es posible si somos capaces de mantenernos alerta y orientados al silencio. En este escuchar silencioso y etérico, se desarrolla la clariaudiencia.

Nuestro problema es que estamos constantemente activos, pero solo cuando la mente viene a descansar en el centro cardíaco, ocurren las transformaciones. Permanecemos allí y esperamos. Nos ofrecemos y entonces el resto es esperar y dejar que suceda.

Centro Cardíaco Superior e Inferior

La representación artística del centro del corazón es un loto de doce pétalos, pero los pétalos son formaciones circulares intervinculadas. El loto del corazón tiene cuatro capas de tres pétalos cada una. La capa más externa está conectada con el plano físico, la siguiente con el plano emocional, la siguiente con el plano mental. La cuarta capa es el plano de Luz, Amor y Poder en cuyo centro está la apertura. El sonido simiente del centro es KAM. Por la noche cuando vamos a la cama y comenzamos a dormir, podemos identificarnos con nuestra respiración y entrar así en nuestro centro cardíaco. Pensamos en la gema en el centro del corazón, la apertura central, y a través de esta apertura entramos en el sistema cerebroespinal. Esto debe ser una imaginación continua. Incluso si nos quedamos dormidos inconscientemente, somos guiados hacia el centro del corazón, es por eso que despertamos nuevamente frescos en la mañana.

Durante las horas del sueño o también durante la meditación podemos experimentar mucha luz dorada y ver seres de tonalidades doradas - ángeles, maestros y otros seres nobles.

Desde el punto de vista micro-cósmico, hay también ashrams de la Jerarquía en nuestro centro del corazón, y la Jerarquía es el centro del corazón del planeta. Desde el punto de vista macro-cósmico, la energía de Amor viene desde Sirio, y solo puede ser recibida en el centro del corazón. Leo rige la naturaleza del amor y rige sobre el corazón. La energía de Amor forma un eje con Acuario cuando la distribuimos al prójimo.

Sobre el centro del corazón, entre el corazón y la garganta, está el centro cardíaco superior, Swastana, el asiento original del alma. Este loto de ocho pétalos no se revela en los libros de yoga, sino que es conocido por los iniciados. Así como el Señor dentro del loto de doce pétalos se llama Vasudeva, el habitante del interior, el Señor del loto de ocho pétalos se llama Narayana. Él preside la rueda de la creación, sobre todos los procesos involutivos y evolutivos. A través del mantra de ocho sílabas “OM Namo Narayanaya” nos vinculamos con este centro dentro del cual el alma se retira en Samadhi.

Fuentes: K.P. Kumar: Saraswathi – La Palabra / Curación Espiritual / notas de seminarios. – E. Krishnamacharya: Astrología Espiritual. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishta España.