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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

Los Maestros de la Sabiduría

Los Hermanos Mayores de la Humanidad

N. Roerich: Most Sacred Treasure of the Mountain Cuando tomamos el sendero hacia la Luz e intentamos actuar de manera correcta, encontramos con frecuencia que nuestros patrones de comportamiento son más fuertes que nosotros mismos: volvemos fácilmente a viejos hábitos. Para liberarnos, necesitamos ayuda. La conseguimos de quienes ya se han liberado. Éstos son los maestros, los Maestros de la Sabiduría, que también se llaman los Hermanos Mayores, de la humanidad o la Jerarquía. Ellos pueden mostrarnos la dirección y guiarnos de lo irreal a lo verdadero, porque ellos mismos, ya han andado el camino. Saben de nuestros problemas por su propia experiencia, porque han pasado por problemas similares a los nuestros. Por eso no se ríen de nosotros cuando nos equivocamos o caemos. Ellos recibieron ayuda de sus maestros. Así se han despertado a la verdad y se han convertido en representantes de la verdad.

Por ello, es provechoso seguir los pasos de estos seres humanos avanzados. Nos dirigen y nos apoyan por compasión. No obstante, solamente pueden ayudarnos a partir de de cierto punto. Son impotentes, si no damos los primeros pasos y trabajamos sobre nosotros mismos para darle un nuevo ritmo a nuestra vida. Ningún maestro, ni siquiera los más grandes como Cristo, Buda o Krishna, puede liberarnos de esto; de lo contrario ya habrían transformado el mundo entero desde hace tiempo. Solamente si estamos listos para transformar nuestra personalidad y dedicarnos al trabajo de la buena voluntad, pueden comenzar a trabajar con nosotros. Todo se basa en nuestra propia decisión y no en la obligación. Los maestros respetan la libertad del alma individual. Tiene que decidir por ella misma si desea refugiarse bajo un ritmo superior o no.

El término “maestro” significa un experto. En un contexto espiritual, la expresión se utiliza para las almas superiores, que han ganado maestría sobre la vida. Otro nombre para el maestro es Yogui, pero también alma o conciencia universal. Los diversos maestros son expresiones del Maestro Uno, que también se llama “Ishvara” en Sánscrito, lo que significa el “maestro de todo lo que es”. Son almas individuales que se han convertido en canales DEL MAESTRO, la conciencia maestra. Los nombres de los maestros no son sino etiquetas con nombre, relacionados con el Maestro Uno.

Cada maestro es una avanzada de la conciencia maestra. Él puede conducirnos a esa conciencia y no se interpondrá. Él, que ha realizado la conciencia maestra en Él mismo, se convierte en un canal para la luz maestra y por lo tanto, se le llama maestro. Todo el que experimenta al Maestro en sí, tiene la conexión con los maestros. El Maestro en nosotros y el Maestro en forma de un maestro es lo mismo; él es para nosotros, la reflexión de nuestro propio ser superior.

Logrando una Comprensión Correcta

Mucha gente quisiera entrar en contacto con un gran maestro. Para esto algunos se lanzan a buscar en el Himalaya o en otro lugar. Pero un maestro no es una estatua que puede visitarse en un lugar. Él puede permanecer en todas partes y en ninguna parte, él decide a quién se revela. Nada puede evitar que él esté aquí junto a nosotros. La proximidad física a un maestro, no es la verdadera cercanía, sino la alineación psicológica. La gente de sus alrededores más cercanos pueden no saber nada de él. Nosotros podemos no reconocerlo también, incluso si está físicamente presente, si no nos hemos acercado al maestro en nosotros mismos, el alma. Un hombre no se convierte en maestro solamente porque le han dado el título de “maestro”. Un maestro es un ser humano que ha ganado maestría sobre la mente, los sentidos y el cuerpo, que permanece firme en el estado búdico como alma y trabaja impersonalmente para el Plan.

Hay quienes niegan la existencia de los maestros, los consideran como una hipótesis insostenible, e incluso se ríen de la sabiduría. No debemos compartir nuestra comprensión de los maestros con tales personas. A ellos también les llegará el día en el que la comprensión de esta sabiduría se les abra. Sin embargo, es importante no tratar a los que no sigan la trayectoria de la luz, como malos o débiles.

Mucha gente comenta acerca de los maestros sobre la base de su propia ignorancia. Algunos se les acercan con sus propias metas que desean lograr, e intentan manipularlos. Explotan la sabiduría de los maestros y llegan al extremo de dañarlos. Judas era un patriota que había esperado que su maestro eliminara el Imperio Romano e instalara un reino. Muchos judíos tenían esta idea. Cuando Jesús no hizo nada de eso, Judas se decepcionó y lo traicionó.

Mucha gente tiene sus propias fantasías sobre los maestros. Algunos tienen “visiones” de los maestros, pero éstas son solamente sus propias ilusiones. Ven muchas cosas, oyen muchas voces y hablan irresponsablemente sobre ello. Reciben mensajes de su propia fuente, a la cual llaman “maestro”. Pueden hacer que los “maestros” hablen y escriban todo lo que desean. Se fascinan con formas astrales y no son capaces de superar las distorsiones del mundo sutil. En general, su manera de la vida no concuerda con lo que aparentan ser, porque la sabiduría se aplica de una manera incorrecta. La discriminación correcta, es una de las facultades más importantes en el sendero la luz. Solamente bajo circunstancias muy raras, cuando hay una necesidad urgente, los maestros aparecen. En lugar de pensar que deseamos verlos, debemos considerar cómo podríamos cooperar en el trabajo.

Entrando en Contacto

Cuando nos integramos con nuestro maestro interno, el alma, un maestro establecerá contacto con nosotros para trabajar con nosotros. No es el caso de que podemos mirar fotos de maestros y elegir uno para nosotros, sino que él establece el contacto con nosotros dependiendo de nuestras capacidades. No podemos saber quién es nuestro maestro, pero el maestro nos conoce. Cuando logramos el hábito de ofrecernos al maestro, al que no conocemos todavía directamente, antes de dormir, entramos en contacto con él durante el sueño. Cuando consciente y regularmente invocamos al maestro en la oración, él emerge del loto del corazón y da el impulso necesario a nuestra conciencia, de manera de inspirarnos al desarrollo y la transformación. Así el maestro trabaja desde adentro y nos impulsa a convertirnos en un trabajador eficaz de buena voluntad. Entonces ya no somos observadores y visitantes, sino que aceptamos responsabilidad y nos involucramos en el trabajo y en el grupo.

No es un milagro lograr un contacto con los maestros; la fe y la humildad provocan ya el primer contacto. Es suficiente el llevar una vida moral promedio, sin intentar dañar a otros en pensamiento o de hecho. Debemos tener fe en la existencia de seres superiores, después habrá definitivamente un contacto con al menos uno de los maestros. No necesitamos saberlo, pero el maestro comenzará a trabajar en la forma de buenos pensamientos en nuestra mente. Durante un tiempo, podemos confundir los buenos pensamientos como propios, pero eso no importa. Recibimos pensamientos que nunca se nos ocurrieron previamente, y encontramos interés en nuevas cosas. Los maestros se ocupan de que se creen pensamientos vivos en nuestras vidas, y nosotros, debemos ocuparnos de ponerlos en práctica. Así nos ocurren grandes cambios.

La Presencia

Podemos visualizar el maestro a través de la visión. Entonces logramos su presencia a través de los ojos del maestro. De igual manera que un pedazo del hierro llega a ser un imán en presencia de un imán, nosotros ganamos maestría cuando vemos al maestro. Si no podemos visualizar, podemos simplemente proponer la presencia del maestro y tener la sensación de que hacemos nuestros ejercicios meditativos en su presencia. Algunos nombres de maestros se han convertido en mantrams; podemos pronunciar ese sonido y sentir la presencia. Cuando intentamos realizar en la vida diaria las instrucciones por dadas por él, la transformación se acelera enormemente.

La presencia del maestro nos inspira hacia la luz, hacia la voluntad ardiente, al estudio, al servicio y la auto-transformación. El que conduce continuamente este trabajo, ya no tiene la sensación de hacer algo, sino de estar en la conciencia maestra. En verdad es la conciencia maestra irradiando a través de él. Él no ve al maestro limitado a una cierta forma, sino que se percata de que el maestro trabaja a través de la forma de cada ser y por ello puede dar su presencia. Por tanto cada maestro dice: “!VéaMe en todo lo que le rodee!” Ésta es la manera de experimentar la conciencia universal, la conciencia maestra.

Fuentes: K.P. Kumar: Hércules / Meditaciones Ocultas / Notas de seminarios / E. Krishnamacharya: Los Maestros de la Sabiduría. The World Teacher Trust - Dhanishta, Visakhapatnam, India.