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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

Sabiduría

Información, Conocimiento, Sabiduría

|Sabiduría

La información no es conocimiento; el conocimiento no es el número de libros que tenemos ni tampoco es sabiduría. Muchos aspirantes ya ven lo leído sobre diferentes conceptos de la sabiduría como sus propios conocimientos. Sobre todo al principio, son entusiastas y están locos por obtener información especial. Sin una dirección específica, vagan en el océano de conceptos de sabiduría. Leen libros sobre yoga, teosofía, etc., hablan de ellos inmediatamente y en vez de ser humildes, caen en la ilusión de hacer progreso espiritual de esta forma.

La información relacionada con la sabiduría debemos llevarla dentro de nosotros y trabajar con el conocimiento dentro hasta que nos hayamos transformado nosotros mismos. Cuando leemos libros como los del Maestro Djwhal Khul o La Doctrina Secreta de Blavatsky para entender y memorizar los hechos que contienen, nuestra cabeza comenzará a dar vueltas y nos decepcionará. La mayoría de las veces olvidamos lo que hemos leído y no obtenemos ningún beneficio de ello. Debemos saber cómo enfocar estos libros. No es una cuestión de tomar algo de ellos y querer recordarlo, sino de entregarnos permanentemente a la sabiduría contenida en ellos. Después de haber leído las oraciones, tenemos que haber cambiado.

La sabiduría no es algo que adquirimos como conocimiento y entonces poseemos. La sabiduría es como un capullo que se convierte en flor y así sacrifica su estado anterior de la yema. El capullo se rinde totalmente al estado de florecimiento. Cuando se practica la sabiduría, superamos nuestra personalidad y florecemos como un alma. Mientras no estemos dispuestos a renunciar a todo el estado de la personalidad, la flor de la sabiduría no se puede abrir.

Para que la información lleve a la realización, necesitamos un maestro. Su manera de impartir sabiduría es completamente diferente de lo que piensan los estudiantes. Un maestro de sabiduría imparte silencio, pensamiento correcto, discurso correcto y acción correcta. Muchos discípulos quieren leer libros para encontrarse con Maestros e inmediatamente obtener sabiduría. Pero antes de que podamos entrar en el Salón de la Sabiduría, hay un Salón de Aprendizaje. Aprender no significa leer libros, sino cambiar nuestro comportamiento y nuestra personalidad. Debemos trabajar con nuestras lenguas hasta que podamos expresarnos con las palabras de manera armoniosa sin lastimar o engañar a otros. No debemos ser imprácticos y abandonar nuestras responsabilidades en la familia o el trabajo, sino traer la inspiración de la sabiduría a la vida. Aprendemos a través de la acción cotidiana para transformar el conocimiento en sabiduría y descartar lo que es un estorbo.

Después de este aprendizaje, hasta cierto punto, continuamos en el Salón de la Sabiduría. Nuestro cuerpo está construido como un templo. El Salón de Aprendizaje está por debajo del diafragma; el torso inferior nos permite conectar con el mundo objetivo. El torso superior es el Salón de la Sabiduría, que nos permite conectar con el mundo subjetivo. La cabeza es el sanctum sanctorum, la tercera cámara. Es el Salón de la Experiencia al que podemos entrar a través de la sabiduría. En este salón podemos experimentar la presencia de Dios como luz y sonido. También podemos experimentar la voluntad de Dios y aprender a manifestar esta voluntad.

Volviéndose Impersonal

Mientras que el aprendizaje requiere una fuerte personalidad, la sabiduría exige que sacrifiquemos totalmente la personalidad y nos convirtamos en impersonales. La sabiduría es impersonal. Al practicar la sabiduría correctamente, desaparecen los gustos y las aversiones, las opiniones personales, los prejuicios y el orgullo. La impersonalidad es una característica de la iniciación. Se expresa como una personalidad flexible en la que no existen limitaciones y condiciones para el servicio y la vida circundante. Debemos esforzarnos diariamente por superar nuestros propios puntos de vista y opiniones. Cuando nuestra personalidad se ha vuelto tan transparente que se convierte en impersonal, el alma puede expresarse. Entonces la sabiduría ya no está limitada por nuestras opiniones personales.

Esta obra con sabiduría se llama trabajo con magia blanca. Tiene un efecto mágico sobre nosotros. La verdadera magia es la aplicación de la sabiduría a nosotros mismos para encontrar todo el cosmos dentro de nosotros. No puede haber ninguna magia mejor o mayor que ésta.

Búsqueda Correcta de la Sabiduría

No podemos obtener sabiduría en centros comerciales o mercados; siempre está escondida. Las versiones diluidas de la sabiduría están disponibles en el mercado. Se venden por millones libros sobre versiones diluidas de la astrología o el esoterismo; sin embargo, la demanda de libros de Astrología Espiritual o la Psicología Espiritual es baja. La sabiduría más profunda debe buscarse seriamente. Parece desvanecerse en el aire si no la abordamos adecuadamente. La sabiduría también puede esperar; está allí para quienes se alinean con ella. La sabiduría no hace publicidad ni misiones y menos aún adopta una actitud militante. Todas éstas son debilidades de la comunidad humana, por las que la gente incluso distorsiona la enseñanza como fue dada originalmente. Sin embargo, Maitreya, el compasivo, sigue disponible a través de su red de servidores.

Muchas personas se duermen cuando se da la enseñanza de la sabiduría o cuando meditan porque el tejido de su cuerpo contiene todavía mucho letargo. Esto significa que el tejido es aún muy denso. Esto causa sueño o algún tipo de somnolencia cuando la luz se transmite a través de la meditación o la enseñanza. Incluso mientras dormimos, podemos ser guiados por un Maestro de la Sabiduría. Sin embargo, él no penetra simplemente en nuestro sistema, sino que tenemos que invitarlo ardiente y consistentemente. Si nos ofrecemos de esta manera, él se introduce en nosotros y guía el trabajo mientras damos un paso fuera del cuerpo y volvemos a entrar.

Donde se enseña la sabiduría, hay también espuma de sabiduría. Aquellos que son hiperactivos con la sabiduría entran en planos astrales o nieblas, que también existen en la literatura teosófica. Hay también belleza de diversidad en la sabiduría; esto está en armonía con la sabiduría antigua, porque la diversidad trae alegría a la vida. El Maestro EK pensó que era apropiado mantener todas las tradiciones verdaderas del planeta. Como seguidores de las enseñanzas de la Jerarquía, tenemos la responsabilidad de encarnar los valores y mostrar la calidad del servicio en todos los aspectos de la vida. De lo contrario, estamos capturados por el engaño de algunos conceptos de la sabiduría.

Muchos también quieren alta sabiduría, pero la sabiduría básica es simple: la creación es inhalación y exhalación, dar y recibir. Lo que hemos aprendido e integrado en la vida que compartimos con nuestro entorno. No necesita una gran plataforma, puede ser un pequeño grupo, la familia o el círculo de amigos. Si compartimos la sabiduría que hemos recibido con los amigos, fluirá. Pero no debemos compartir los nombres de los Maestros. Compartir nombres es un culto, pero la sabiduría debe ser compartida, lentamente, suavemente y sutilmente.

Si damos sabiduría y hacemos mucho dinero con ello, es algo serio. La sabiduría no está allí para ser vendida. Le damos nuestra energía por amor. La vida de un iniciado es una vida de servicio y de sacrificio. La Jerarquía tampoco reclama sabiduría para sí misma. No hay ningún derecho de propiedad sobre el conocimiento y la sabiduría. Crear derechos de propiedad es un instinto para robar.

Alineamiento con la Sabiduría

La sabiduría tampoco es oriental ni occidental, sino global, solar o incluso cósmica. Es la sabiduría de Dios que se revela. Nadie puede decir “…esta es mi sabiduría”. Es la sabiduría que crece en nosotros según el tiempo y el espacio. Cuando grandes sabios emiten sabiduría, no escriben su nombre en ella. Entendieron que reflejaban sólo la sabiduría que ya existía. La sabiduría es como un mar sin límites del que debemos beber un sorbo todos los días. Si hacemos esto regularmente, nuestra mente se orienta hacia la sabiduría, y mientras exista esta orientación, nuestra mente estará magnetizada poco a poco por la sabiduría. La sabiduría revelada desde adentro, siempre fresca y nueva como alimento recién preparado. La sabiduría de fuentes externas no tiene esta frescura. Un sonido para obtener sabiduría intuitivamente es HSOUM. El sonido del principio de la sabiduría cósmica, Ganesha, es KHAM. El sonido en la raíz de toda sabiduría es OM.

La sed de sabiduría debe desarrollarse en el estudiante. Entre aquéllos que buscan sabiduría, hay algunos que son particularmente sedientos. Otros son simplemente curiosos o inquisitivos, pero no están realmente sedientos. Muchos estudiantes pueden encontrar un maestro, pero entre ellos un profesor encuentra pocos que tienen sed suficiente para penetrar más profundamente en la sabiduría a través de su intensa práctica de las enseñanzas. Cuando se desarrolla una relación real entre el profesor y el estudiante, a través del comportamiento del estudiante, se desarrolla un flujo de energía entre ellos. El estudiante puede recibir una idea intuitiva en oración o meditación, o a través de una experiencia de sueño vívido y en el sueño. Sin embargo, la sabiduría y la voluntad solas no ayudan, la ruta se encuentra en la actitud básica de querer servir. Querer saber sin servir sólo alimenta el orgullo y nos hace trabajadores poco prácticos. La sabiduría viene a los que sirven, para que los servidores puedan servir aún mejor.

Fuentes utilizadas: K. P. Kumar: Mercurio – El Alquimista. Notas de seminarios / E. Krishnamacharya. Conócete a Ti Mismo. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishtha España (www.edicionesdhanishtha.com)