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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

Trabajando con la Llave del Tiempo

Ciclos dentro de Ciclos

Clock El reloj es una forma en miniatura del zodiaco y del movimiento de los planetas. La aguja horaria hace 12 horas en un giro. En el mismo tiempo, el minutero gira 12 veces, y el segundero gira 12 veces multiplicadas por 60. Así, un reloj tiene diversas ruedas que corresponden a las diversas dimensiones de los ciclos del tiempo. Un día es una forma en miniatura de un año, y un año es una forma en miniatura de ciclos mayores, de siglos y de eras. Existen ciclos dentro de ciclos que se organizan en hermosos patrones de escalas de tiempo en el espacio. Los antiguos videntes de la India entendían el tiempo como un patrón de flores, en el que encajan los pétalos de las diversas escalas. Los videntes tenían la visión de la ley de analogía que aplicaron a todas las unidades de tiempo – el horario diario del hombre, el ciclo de reencarnación, el propósito de la evolución, y los impactos de las edades.

El conocimiento del tiempo es una de las herramientas más importantes en el camino de la sabiduría. Cada uno de nosotros trabaja, consciente o inconscientemente, con el plan de su vida a través del tiempo. Consecuentemente, debemos reconocer las cualidades y las corrientes del tiempo. No debemos luchar contra las energías dentro o alrededor de nosotros, sino tratar de entenderlas y elevarnos sobre las corrientes cruzadas. De esa manera, podemos fijar la vela y no tendremos que trabajar contra las corrientes.

Cada día ofrece una nueva combinación de las energías que son resultado de las acciones recíprocas de los principios planetarios con las cualidades de los signos solares. El comprender la acción de los planetas, sus frecuencias debidas a sus movimientos, y su influencia sobre la Tierra, nos permite adaptar las acciones individuales en armonía con los seres divinos. A través de una comprensión adecuada de esas influencias en nosotros, aprendemos a elegir la acción apropiada en el momento apropiado. Krishna el Señor describe esta acción adecuada en el tiempo adecuado y con facilidad interna como Yoga. La clave de este arte reside en la verdadera ciencia de la astrología; esto no significa necesariamente la astrología de los astrólogos. La clave del tiempo y de la astrología se revela solamente a quienes siguen los principios espirituales. Quien utiliza el conocimiento astrológico para predecir la muerte o cosas similares abusa de esta ciencia sutil.

El Cosmos dentro de Nosotros

Debemos utilizar el conocimiento astrológico para reconocer épocas favorables y desfavorables; para responder positivamente a vibraciones superiores que vienen a nosotros periódicamente y para eliminar vibraciones discordantes de naturaleza inferior. Desde épocas antiguas, los Maestros recomiendan observar diariamente las fases de la luna y las combinaciones planetarias en las horas de la mañana. El simple conocimiento de sus posiciones y aspectos nos ayudará a neutralizar ciertas manifestaciones potenciales. En la mañana, debemos mirar esos aspectos por uno o dos minutos y simplemente mantenerlos en nuestros pensamientos sin intentar alcanzar una comprensión más profunda. La energía de la comprensión se desarrollará mientras prestemos atención a los aspectos del tiempo de forma regular.

Los planetas y los signos solares existen no solamente en el cosmos sino también dentro nuestro. Su movimiento en el cosmos no es de tanta importancia para nosotros. De manera conciente, debemos sentir y seguir sus movimientos dentro nuestro. Cada planeta representa un plano de conciencia en nosotros. El Sol representa el centro de la conciencia que llamamos “YO SOY”. La Luna rige nuestra mente, Marte rige sobre el valor, mientras Mercurio rige la inteligencia. Júpiter rige la sabiduría y el sentido de la felicidad. Venus representa la idea de la belleza, mientras que Saturno representa la experiencia.

Los doce signos del zodiaco también se reflejan en nuestros cuerpos físicos: la parte superior de la cabeza hasta la frente corresponde a Aries; de la nariz al cuello es Tauro; de los hombros a las manos es Géminis; el área del pecho pertenece a Cáncer; el diafragma es Leo; los órganos internos son Virgo; el ombligo pertenece a Libra y los órganos reproductivos a Escorpio. En la astrología espiritual, el camino de retorno sigue a Escorpio, mientras Sagitario está en el Muladhara superior, y Capricornio en el centro superior del corazón, que está situado a la misma altura que las clavículas. Acuario corresponde al tercer ojo superior, mientras que Piscis está en la parte más suprema de la cabeza y se visualiza en la línea del pelo.

Cuando visualizamos el zodiaco de la cabeza al centro de base, podemos percatarnos de todos los planetas y sus posiciones en nuestras meditaciones. Ahora que Saturno se mueve a través de Leo, debemos sentir su energía en el centro del corazón y darnos cuenta de cómo él trabaja en transformar el corazón destruyendo lo indeseado y desarrollando las cualidades deseadas. Urano está en Piscis. Por lo tanto, lo visualizamos en la cabeza. Él tiene una energía penetrante, por lo que la cabeza se puede transformar rápidamente.

Patrones Planetarios

Las efemérides o el diario astrológico ayudan a encontrar las posiciones de los planetas. Debemos observar los planetas en la mañana y sentirlos en nuestro sistema. Diariamente podemos visualizar las tres cosas siguientes en nuestros cuerpos:

  1. La constelación de los planetas de nuestro horóscopo natal. Forman un patrón particular que conforman las diversas predisposiciones en nosotros. Por ejemplo, si Júpiter está en Capricornio, visualizamos a Júpiter en el centro superior del corazón.
  2. La constelación de los planetas en el horóscopo progresivo. Para ésto comenzamos con nuestro cumpleaños y agregamos un día por cada año de vida y calculamos el horóscopo para este día sobre la base de la misma hora del día. Esto se basa en la ley según la cual las predisposiciones se presentan en forma de semilla y se desarrollan con los ciclos del tiempo en escalas mayores.
  3. Los planetas en tránsito, lo que significa la posición diaria real de los planetas.

Estos ejercicios nos transmiten las energías correspondientes en los tres niveles del horóscopo: el de nacimiento, el de tránsito, y el progresivo. Podemos también integrarlos en nuestra práctica uno por uno. Ellos abren el cosmos dentro de nosotros y nos ayudan a neutralizar substancialmente el karma.

Debemos también mantener en nuestros pensamientos qué frecuencias planetarias predominan en el día. El domingo es el Sol. Es el día de la conciencia. La Luna rige el lunes, que representa la reflexión de la conciencia en el mundo. Marte rige el martes, y debemos asegurarnos de que nuestra energía se exprese de forma reguladora. Mercurio trae energía discriminatoria al miércoles. El jueves predominan las cualidades de Júpiter: generosidad, expresión, expansión. El viernes tiene las características que nos permiten experimentar la belleza en nosotros y a nuestro alrededor. El sábado nos ayuda a terminar el trabajo de la semana y a aclarar asuntos.

La Química de la Cualidad del Tiempo

Un aspecto adicional de la clave del tiempo es la disposición de la mente por la mañana. Es un indicador de las tendencias del día. Nuestra disposición es resultado de las interacciones entre nuestras propias energías y las liberadas por la naturaleza, a partir de las cuales se desarrollan nuestras experiencias. Si observamos el día silenciosamente desde sus primeros minutos hasta un máximo de dos horas, podemos darnos cuenta del curso del día entero. Por ejemplo, si nos cortamos, indica que las corrientes contrarias están trabajando y que el día exige una atención mayor que la usual. Así, podemos entender la química de la calidad del tiempo y estar bien preparados para comenzar el día.

Generalmente, el instrumento de nuestra conciencia indica la naturaleza del tiempo y de nuestros alrededores. Una vieja enseñanza oriental de sabiduría dice, “Si el tiempo, o una persona, es buena o mala, su voz interior lo indicará igualmente.” Cuando podemos leer nuestro instrumento sin identificarnos con éste, podremos reconocer las intenciones de una persona que se nos acerque; él/ella estará en condiciones similares. Así, podemos entender la situación de la persona y podemos ayudar. Debemos prestar atención al buen o mal humor que dicta o nubla nuestra conciencia.

Las cosas y las situaciones cambian constantemente, porque el cambio es una constante en la naturaleza. Cuando nos alineamos con las constelaciones y las fases de la luna, poco a poco reconocemos los cambios que ocurren conforme a esas fases. La alineación con los ciclos diarios, semanales, mensuales, y anuales es muy importante para el discipulado.

Fuentes utilizadas: K. P. Kumar: Tiempo: La Llave / Notas de seminarios. E. Krishnamacharya: Sabiduría de los Cielos. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishta España.