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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

Existencia Etérica y Buena Voluntad

La Base de todas las Formaciones

Etheric Existence La ciencia ha estudiado intensivamente el mundo material y se acerca más y más a la existencia sutil. La ciencia médica, especialmente, reconoce cada vez más la realidad del cuerpo etérico y utiliza métodos que influyen sobre lo etérico para lograr la curación. Desde hace mucho tiempo la homeopatía, la ciencia ayurvédica y la medicina china trabajan con las energías del cuerpo etérico, y ganarán aún mayor reconocimiento en el futuro. Las técnicas del masaje rítmico, las terapias del color o la bioresonancia también intentan corregir influyendo el plano etérico para curar enfermedades. Si se reconocen desórdenes en lo etérico, se pueden hacer correcciones allí antes de que se manifiesten en el cuerpo físico, por ejemplo en forma de cáncer. La mayoría de las enfermedades del cuerpo físico tienen sus raíces en el cuerpo etérico y tienen que ser tratadas considerando esto. No hay enfermedad puramente física. Incluso si tenemos un resfriado, éste no es físico. No obstante, teniendo en cuenta que estamos acostumbrados a lo denso del cuerpo físico, no podemos ver el físico sutil. Es importante que prestemos atención a la existencia etérica y que comenzamos a trabajar con ella.

El éter es la base de todas las formaciones; él precede las formas densas. Existimos en el éter del espacio, y en consecuencia, algo de él está en nosotros. A ese éter que ha entrado en nosotros desde el exterior lo llamamos nuestro cuerpo etérico, como si fuera de nuestra propiedad. No obstante, no es nuestro cuerpo etérico, sino el cuerpo etérico. Vivimos en el éter y somos penetrados por él, como un vaso en un gran tanque. El agua está tanto en el tanque como en el vaso. No está encerrada en el vaso como en una botella. Estamos en contacto con los otros cuerpos etéricos; es un éter penetrando todas las capas. La tierra, el sol y los planetas flotan en este gran océano etérico y se mueven a lo largo de sus líneas de fuerza debido a los movimientos de este éter. De igual manera que las líneas de fuerza de un gran imán controlan los imanes más pequeños, el éter de nuestro planeta ordena y regula las corrientes etéricas de sus seres vivos y trabaja en ellos. En nuestro cuerpo, el éter es dirigido a través del cerebro y el sistema vertebral en forma de líneas de luz y a través de éstas regula los diversos centros etéricos. La fuerza etérica llamada prana en el Oriente es la base de la formación de órganos y por medio de líneas invisibles los mantiene en forma durante su vida.

Cuando la visión etérica madura en nosotros, podemos ver a través de la forma densa y experimentar mejor la unidad de la vida. Mientras más recordamos por medio de la práctica constante, que detrás de la apariencia existe una dimension etérica, más se abren las puertas de la percepción y nuestra conciencia se orienta hacia lo etérico. Para esto debemos intentar ver no solamente envoltura física, sino también percibir la estructura etérica subyacente. Una vez que hayamos experimentado esta existencia etérica en nosotros, vemos no solamente las formas físicas, que se relacionan estrechamente con sus bases etéricas, sino también esas formas, que no han llegado a ser densamente físicas y sólo existen en el éter. Particularmente en el día de la Luna Llena, las puertas se abren más y los obstáculos entre nuestro éter (el agua en el vaso) y el éter (el agua en el tanque) se neutralizan. En consecuencia, en las meditaciones de Luna Llena podemos salirnos más fácilmente de nuestro propio cuerpo etérico hacia el cuerpo etérico o el océano etérico, que nos rodea a nosotros y a nuestra tierra: si la mente se pierde en el Ser, el cuerpo deja de existir para la mente.

Fuerza Vital de Sanación

Para ganar salud y estabilidad interna tenemos que construir un cuerpo etérico puro y estable. Si nuestro cuerpo es luz, irradiaremos luz y fuerza vital a la vida circundante. Para intensificar la afluencia de fuerza vital curativa y para transformar la sustancia etérica, el maestro CVV ha dado la siguiente oración: „Master! Please let us receive the influx of Thy Plenty of Prana into our systems, so that we may resist disease, decay and death, realise the Highest Truth, the Pure Love and the Bliss of Existence and serve humanity according to Thy Plan.” - „¡Maestro por favor! Que recibamos la afluencia de Tu “Plenty of de Prana” en nuestro organismo, para que podamos resistir la enfermedad, el envejecimiento y la muerte y lleguemos así a comprender la Verdad Suprema, el Amor Puro y la Bendición de la Existencia para poder servir a la humanidad según Tu Plan”. Esta oración puede rezarse antes de dormir, y puede hacerse en Inglés a causa de su forma mántrica.

Para consolidar y vitalizar el cuerpo etérico, el Maestro CVV también formuló el mantra “Ether Work Out.” Especialmente cuando la fuerza vital es débil, podemos trabajar con este mantram, por ejemplo a lo largo de 90 días y estaremos nuevamente llenos de prana. Mientras hacemos esto debemos visualizar la presencia del Maestro, rezar el mantram en Su presencia y ver cómo el prana de los éteres del planeta se canaliza en nuestro sistema influyendo así cada chakra, desde la cabeza hasta el centro base.

Para la recepción de energías sutiles, las células de nuestro cerebro tienen que ser transformadas. El tejido sutil de nuestro cerebro y de nuestro cuerpo depende de nuestro alimento, de nuestras emociones y también de nuestra clase de pensamientos. Debemos tender a ser más etéreos en las tres áreas - comer más ligero, tener emociones más sutiles y pensamientos más puros. Cuando somos alegres, ya somos etéreos. La alegría es contagiosa y tiene un efecto que eleva a las personas; los problemas se hacen inmediatamente más pequeños. Cuando sonreímos desde nuestro corazón, éste nos libera del físico- denso. El sonreír crea una respuesta instintiva y no hay más limitación entre nosotros y la persona frente a la que nos encontramos.

Los pensamientos y los actos de buena voluntad fortalecen y vitalizan al cuerpo etérico, más que cualquier otra cosa. Hacen que el cerebro se aligere y promueven la salud. Conducen a la armonía y dan luz y pureza, conciencia y sabiduría. Otros pensamientos debilitan y crean las bases para la enfermedad. El cuerpo etérico se contrae y pierde su vitalidad. Si un pensamiento desvitaliza, los medicamentos que tomamos no causarán efecto. Si proporcionamos buenas palabras, una actitud positiva y esperanza a otras personas, los centros de energía se abren, las obstrucciones se eliminan y la energía etérica puede fluir más libremente. Es importante tener pensamientos de buena voluntad y fortalecerlos por medio del auto-examen y de la revisión del día al llegar la tarde. Las asanas del yoga consolidan el cuerpo etérico así como la respiración lenta y rítmica y el canto de mantrams. Esto estabiliza el escudo etérico protector y nos previene de enfermedades e influencias negativas. El color anaranjado también consolida el cuerpo etérico y elimina obstáculos.

La Tonalidad Dorada

Las radiaciones etéricas también se llaman aura. Por la fuerza de radiación de un aura podemos reconocer la cualidad de una persona. Si el cuerpo etérico contiene colores opacos, esto indica impurezas internas. Si el cuerpo etérico es suficientemente puro, un aura dorada brilla alrededor de la persona, el color del cuerpo etérico puro. Este tinte dorado se encuentra escondido detrás de todas las formaciones materiales. Algunas formas brillan más claramente y consecuentemente son llamadas santas. El color del cuerpo causal, el vehículo del alma, es del color del diamante; es la túnica blanca radiante.

La parte más etérica de nuestro cuerpo son los ojos. Una mirada en los ojos nos muestra más fácilmente el estado del cuerpo etérico de una persona. Los ojos de seres muy desarrollados son muy transparentes e irradian energía. Incluso sus fotos nos transmiten energías espirituales que reestructuran las corrientes etéricas en nosotros y neutralizan las mareas altas y bajas de las emociones. Llenos de amor y compasión, nos ayudan a superar el encarcelamiento dentro de la densidad física y a elevarnos a la luz.

Fuentes utilizadas: K.P. Kumar: Venus. El Principio de la Inmortalidad / notas de seminarios. E. Krishnamacharya: Meditaciones de la Luna Llena. The World Teacher Trust / Dhanishta, Visakhapatnam, India. - A.A.Bailey: El Cuerpo Etérico. Lucis-Trust, Geneva (www.netnews.org/ www.lucistrust.org ).