Telepatía

Enseñanzas de Sabiduría
Naturaleza Espiritual

Una de las profecías concernientes a la Era de Acuario es que a medida que la humanidad avanza y crece más y más hacia el reino Deva a través de iniciaciones más elevadas, el lenguaje va a llegar a su fin. Al igual que el hombre originalmente no tenía lenguaje, sino que lo recibió más tarde, éste cesará de nuevo con un mayor desarrollo. En los planos superiores no hay lenguaje, sólo comunicación telepática. La comunicación a través de la mirada o a través de un gesto puede transmitir volúmenes enteros. Para la mayoría de las personas, sin embargo, esto todavía está en un futuro lejano.

La pérdida del idioma original y de la telepatía automática es el significado interno de la historia de la Torre de Babel. Después que la humanidad se hizo inteligente y esta inteligencia aumentó, la auto-conciencia creció y la telepatía se hizo rara. Entendemos todo con nuestra propia inteligencia, pero si estamos constantemente ocupados con nuestras propias ideas, no podemos absorber las ideas de los demás. Muchas personas desean telepatía y clariaudiencia pero, ¿cómo podemos tener clariaudiencia si ni siquiera escuchamos a nuestro vecino? Clariaudiencia significa escuchar claramente. Si podemos escuchar pacientemente, podemos ver por qué la otra persona está hablando. Si podemos reconocer el pensamiento semilla de lo que la otra persona dice, nos estaremos acercando a la telepatía. Incluso antes de que el pensamiento semilla se exprese, ya se conoce telepáticamente.

En los métodos de entrenamiento esotérico, uno de los primeros ejercicios es llevar al estudiante a escuchar más que a hablar. Si también puede escuchar lo sutil, es conducido más allá, a escuchar la voz del silencio. Esto se llama escuchar a Anahata, el centro del corazón, donde el sonido sutil que llega a través del éter puede recibirse y percibirse. Todos los grandes iniciados escuchan el silencio dentro y expresan el Plan, ya que quedaron impresionados por éste en el silencio. La impresión de los planos sutiles sólo es posible si se está atento, competente y centrado en el silencio.

Enseñar desde dentro ocurre a través del sonido Anahata, la voz del silencio. La mente subjetiva conduce a la visión interior, la clariaudiencia y la clarividencia. La percepción profunda lleva a la visión y a escuchar al Maestro. El Maestro puede ser nuestra propia conciencia superior o un Maestro de la Sabiduría. Muchos piensan que el desarrollo espiritual es para alcanzar la clarividencia o la clariaudiencia. Sin embargo, la búsqueda de la verdad no requiere que desarrollemos ningún poder oculto; éstos pueden distraernos del progreso en la meditación. Los poderes psíquicos se refieren a la naturaleza, la meditación se refiere al origen de la naturaleza, lo Absoluto ESO YO SOY. ESO YO SOY es el origen del alma, se construyen nueve capas de la naturaleza a su alrededor; las cuatro capas superiores contienen poderes psíquicos superiores. Estas fuerzas no son de importancia para la aspiración de espiritualidad. Éstas también pueden dejarnos caer en el egoísmo y luego son retiradas de nuevo por naturaleza.

El ruido interno y el externo son un obstáculo para el intercambio telepático. Debemos reducir el ruido de nuestro entorno y el ruido que viene de nuestro centro de la garganta. Sólo se pueden abrir las líneas de mensajes subjetivos cuando las muchas voces de nuestra mente y de nuestro entorno se silencian.

Para la persona promedio, la telepatía es algo misterioso. Pero para aquellos que trabajan con impresión, la telepatía es una ciencia. Se establece una conexión consciente entre el cerebro físico y el cerebro etérico. Se requiere una cierta disciplina para transformar nuestras células cerebrales. Esto sucede cuando cultivamos pensamientos de luz y de buena voluntad y evitamos emociones, pensamientos, palabras, y alimentos no deseados. Cuando hacemos realidad los pensamientos de buena voluntad, recibimos las bendiciones de los iniciados. Toda persona sagrada que controla sus sentidos y su mente trabaja a través del plano búdico. Si construimos una amistad con él, esto nos ayudará a conectarnos con él internamente. Alice a. Bailey fue entrenada para conectar con su Maestro. Como resultado, fue capaz de conectar con su mente. Él le transmitió sabiduría mientras estaba en el Himalaya y ella estaba en Nueva York. Si queremos que los Maestros nos hablen, debemos permitirles hacerlo.

Helena Blavatsky escribió en una carta a su hermana que ella ve las cosas que escribe como en un panorama mágico. No quería ser vista como una médium, porque un médium no conoce la sabiduría que transmite, pero Blavatsky sabía todo lo que escribía y podía explicarlo todo. Ella había sido entrenada por los maestros especialmente para la transmisión telepática de la sabiduría, y ella estaba plenamente consciente durante la transmisión.

Las relaciones telepáticas entre el profesor y el estudiante se establecen como disponemos de teléfonos y de Internet. No se crean a través de la meditación, los mantras y la práctica del yoga. Tampoco los recibiremos pidiéndoles, sino realizando tantos actos de buena voluntad como sea posible. Si continuamos haciendo el bien, el Maestro nos mirará, y nos serán dadas la telepatía y la introspección. Es como en el mundo normal del trabajo. Un superior irá a un compañero de trabajo que siempre está muy comprometido, y le preguntará cómo le va, si necesita algo, etc.

No debemos pensar en la telepatía, sino en cooperación con amigos. En lugar de querer ver a los Maestros, debemos pensar en cooperar con el trabajo de los Maestros. Nuestra sinceridad nos trae personas que realmente requieren nuestra ayuda; esto es telepatía humana instintiva. Es mejor no hablar de estos contactos sutiles, sino continuar nuestro trabajo en silencio. Quien esté totalmente ocupado con lo que se tiene que hacer, desarrollará la telepatía fácilmente. Pero cuando tratamos de desarrollar la telepatía y la espiritualidad, se desarrollarán ideas divertidas sobre ello. De igual manera, si tratamos de probar la telepatía, no funcionará.

Al principio, los Maestros generalmente nos contactan mientras dormimos, porque éste es el único momento en el que nuestra mente está tranquila. En otras ocasiones, estamos siempre ocupados con nuestros propios pensamientos y hablando. Nos dan un pensamiento en los planos sutiles y cuando nos levantamos por la mañana, recibimos el pensamiento en nuestro propio idioma. Una vez que ellos tienen éxito en contactarnos, comenzamos a producir pensamientos en las líneas correctas. Luego nos dan más y más pensamientos en términos claros y definitivos, que traducimos a nuestro idioma. Incluso en el tiempo de la meditación profunda y más tarde incluso en el estado de vigilia, se pueden llevar a cabo conversaciones sutiles.

Ellos nos mantendrán ignorantes durante mucho tiempo acerca de que se trata de impresiones telepáticas hasta que dejemos nuestras peculiares ideas acerca de la telepatía porque son un gran inconveniente para los maestros. La mayoría de los libros sobre telepatía dan ideas que dificultan el que los Maestros nos contacten a través de telepatía real.

A veces pensamos que ese algo es nuestro propio pensamiento, pero el pensamiento nos fue dado como semilla. En el transcurso de semanas y meses, ese único pensamiento comienza a germinar en un tema. Si tomamos notas diariamente en un libro separado, entonces el tema se trabajará en forma de lecciones. Después de recibir un asunto, el Maestro enviará otro pensamiento en unos meses. Después de unos años, podremos recibir toda la lección al día siguiente en nuestro propio idioma, y el Maestro puede dar la siguiente lección la noche siguiente. Después de años de práctica, el Maestro puede ponerse en contacto con nuestra mente directamente si somos capaces de mantener la mente lejos de nuestro idioma. Entonces él puede transmitir directamente las lecciones a nosotros mientras estamos despiertos. Inicialmente cometeremos muchos errores al recibir porque tenemos que traducirlo a nuestro propio idioma, pero gradualmente nuestra mente se sintoniza con la mente del Maestro. Todo el proceso se vuelve automático, como aprendemos a escribir automáticamente en un teclado sin mirar.

Normalmente no podemos pensar pensamientos sin lenguaje, porque estamos acostumbrados a pensar en nuestro lenguaje desde la niñez. No podemos filtrar el idioma y mantener el pensamiento. Esto requiere una gran disciplina de Yoga. No obstante, las enseñanzas en el mundo sutil no tienen un lenguaje especial, son semi-mentales y semi-búdicas. Todos los que reciben las enseñanzas las entienden en su propio idioma. A medida que nuestra conciencia crece, nos convertimos en impersonales para los idiomas y luego podemos recibir la impresión tal como es.

Para una mejor recepción debemos ofrecernos diariamente al Maestro desconocido antes de ir a la cama. No somos nosotros los que elegimos a nuestro propio Maestro, sino que es nuestro Maestro el que nos elige. El Maestro conoce al discípulo, el discípulo no conoce a su Maestro.

Debemos tratar de permanecer conscientes hasta que el sueño nos lleve. Éste nos conducirá gradualmente a un estado semi-consciente que no es despierto ni dormido. Allí se pueden recibir las impresiones de enseñanzas, y cuando el programa de enseñanza termina, nos deslizamos al sueño. En este estado, cuatro minutos de enseñanza darían cuatro horas de impacto.

Fuentes utilizadas: K.P. Kumar. El Sonido – La Clave y su Aplicación. Notas de seminarios / E. Krishnamacharya: Mensajes de Ultramar, 2. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishtha España (www.edicionesdhanishtha.com)