La Ciencia de la Correspondencia

Enseñanzas de Sabiduría
Realidades Internas
Visualización

“El hombre se conoce a sí mismo”, dicen varias enseñanzas de sabiduría. Si nos conocemos a nosotros mismos, conocemos el universo porque somos un reflejo del yo universal. “Ya sea animado o inanimado, la divinidad se puede ver en todo”, explicaron los videntes. De esto concluyeron que primero debemos estudiarnos a nosotros mismos y luego relacionarnos con el cosmos con la ley de la correspondencia. De esta manera, podemos penetrar en los secretos de las correspondencias entre el microcosmos y el macrocosmos. “Como es arriba, es abajo” es el viejo axioma hermético. Somos un microcosmos y lo que llamamos 'Dios' es el macrocosmos. Cuando el microcosmos y el macrocosmos están conectados, encontramos todo el universo dentro de nosotros.

Para alcanzar la vida macro cósmica, tenemos que empezar con el microcosmos, es decir, debemos estudiarnos a nosotros mismos. Los videntes han explorado el universo desde dentro. Visualizaron a la persona cósmica dentro de su propio marco y así se dieron cuenta de los detalles del universo. Para recibir impresiones profundas sin distorsión, han borrado todas las impresiones en su mente. Nosotros también tenemos que mantener nuestra mente pura y tranquila. Una mente pura es como un espejo puro que lo refleja todo con precisión.

Con el instrumento de su mente virgen, los videntes han recibido las impresiones sutiles de las dimensiones cósmicas, y han explorado también los ciclos de tiempo del pasado y el futuro y han verificado sus ideas junto con otros videntes. Estas ideas se mantienen alejadas de la atención de la gente común. Los secretos están contenidos en las Escrituras, pero están tan incrustados que escapan a la atención de los lectores. Los temas no se publican en ningún libro como una hipótesis elaborada, y no debemos hablar mucho de estas cosas en público. Una vez que tratemos de discutirlos en detalle, la naturaleza no nos dejará revelarlos. Un velo se lanza automáticamente sobre las mentes para ocultar esta sabiduría sublime. Los oyentes preguntarán sobre algo irrelevante y se desviarán hacia otro tema.

El método por el cual los videntes han adquirido conocimiento del cosmos, la estructura de los mundos sutiles, y los ciclos de tiempo se llama Nyasa Vidya, o Nyasa, para abreviar, la ciencia de la superposición. Nyasa se basa en la ley de correspondencia. Es un método sublime a través del cual las energías fluyen de los planos superiores a los inferiores. En los ejercicios, los principios superiores correspondientes se visualizan ('superpuestos') en las diferentes partes de nuestro propio cuerpo.

De acuerdo con el enfoque dado por los sabios, primero debemos familiarizarnos con los planos de la conciencia y también lograr dominio de nuestras actitudes. Entonces podemos aplicar Nyasa a partes de la tierra, luego a los doce signos del sol y a los planetas en el cuerpo. Podemos visualizarnos sentados en el medio de la tierra, meditando en el Polo Norte como nuestro centro de cabeza y el Polo Sur como nuestro centro base, el ecuador en el plexo solar y el Himalaya en el centro del corazón. Podemos aplicar esta meditación a nuestra columna vertebral y darnos cuenta de su correspondencia con el eje giratorio de la tierra.

Esto nos revela gradualmente la obra de los Maestros, los Devas y los intermediarios entre ellos, y los discípulos humanos. Nos conecta con sus actividades, libera nuestros pensamientos de influencias personales y nos purifica de las deficiencias individuales. De esta manera, Nyasa Vidya nos saca de nuestras limitaciones. Entramos en contacto con las mentes colectivas en la tierra y la conciencia de las diferentes naciones. Las semillas de las diferentes formas de conciencia comienzan a funcionar dentro de nosotros y entramos en contacto con la hermandad de todos los muchos pensadores que trabajan juntos en la red espiritual de la tierra. Poco a poco, nos están preparando para la cooperación.

En el centro de la garganta podemos contemplar a toda la humanidad como una familia; en el ombligo contemplamos el reino animal, en el centro sacro contemplamos el reino vegetal, y en el centro base el reino mineral.

En el corazón meditamos en la Jerarquía Espiritual; en el Centro Ajna en Shamballa, que está escondido en el desierto de Gobi. Allí, en Shamballa, está el Ashram de Sanat Kumara, el rey de todos los seres planetarios, y en su frente está la magnífica joya de Chintamani. En el séptimo centro, el Sahasrara, meditamos en la Madre del Mundo; ella es la expresión del Padre.

Los Maestros instruyen a sus discípulos y seguidores a practicar Nyasa Vidya regular y sistemáticamente, preferiblemente todos los días. Si contemplamos al menos una vez a la semana durante algún tiempo en la persona cósmica, entonces las direcciones cósmicas, el zodíaco, la relación con los planetas, en Shamballa, la Jerarquía hasta la Madre del Mundo, nuestro cuerpo, gradualmente, se acostumbra a estos planos.

En el microcosmos de nuestro cuerpo se despiertan muchas inteligencias, un poder de pensamiento despierta en nosotros y los centros se avivan. Si respetamos las actividades de las inteligencias que funcionan en el universo y en nosotros también, entonces funcionarán mejor para nosotros. Recibimos el apoyo del sistema más grande para ayudarnos a cumplir nuestros pequeños planes en la tierra.

También podemos identificarnos con los planetas y el sistema solar, con los guías del sistema solar, con los signos del zodíaco, la Osa Mayor, las Pléyades y Sirio. Cuando nos involucramos de esta manera, las limitaciones ya no existen para nosotros y nos volvemos universales.

La ciencia de la correspondencia descubierta por los antiguos sabios es muy sagrada. Es la base de la astrología y no tiene nada que ver con las predicciones astrológicas. Aquí el Sol exterior se identifica con el Sol interior, que es nuestra conciencia; La Luna representa reflexiones de nuestros pensamientos; Mercurio representa nuestro discernimiento; Venus es la experiencia, Marte es la vitalidad, la fuerza y el poder; Júpiter es la comprensión y la visión interior; Saturno es nuestro instinto de preservación; Urano es nuestra expansión rápida; Neptuno es una experiencia más profunda para la fusión interior; y Plutón representa el fin de las cosas, pero no nuestro final.

Hay una variedad de meditaciones que podemos hacer con respecto a los planetas y el zodíaco. Podemos contemplar los planetas en nuestros centros: Júpiter en Sahasrara (corona de la cabeza), el Sol en Ajna (tercer ojo, centro de la frente), Mercurio en la garganta (Visuddhi), Venus en el corazón (Ahahata), la Luna en el plexo solar (Manipuraka), Marte en el centro sacro (Swadhistana), Saturno en Muladhara (centro de base); Urano en el Muladhara superior; Neptuno en el centro superior del corazón; y Plutón por debajo del centro base. Esta contemplación nos ayuda a manifestar el Plan.

También podemos contemplar nuestra carta natal en el cuerpo o los signos donde los planetas están en tránsito - Aries en la parte superior de la cabeza; Tauro como la cara, de las cejas hacia abajo; Géminis como la garganta y los hombros; Cáncer como el tórax; Leo como el diafragma; Virgo como la parte entre el diafragma y el ombligo; Libra como el ombligo; Escorpio debajo del ombligo hasta los genitales.

La astrología exotérica (construcción de personalidad) asigna las caderas y los muslos a Sagitario; las rodillas a Capricornio; las pantorrillas y los tobillos a Acuario; y los pies a Piscis. La astrología esotérica enseña que desde Aries hasta Escorpio hay un descenso del espíritu a la materia y desde la segunda mitad de Escorpio, es posible un ascenso de la materia. Sagitario se encuentra por tanto en el Muladhara superior, Capricornio en el centro superior del corazón, Acuario en el tercer ojo superior, y Piscis en la parte superior de la cabeza.

La visualización de los planetas en el cuerpo es una clave para la autotransformación y la autorrealización. Los trastornos se eliminan y el karma pasado se neutraliza, especialmente cuando lo hacemos junto con la oración del Maestro CVV. Esto nos hace radiantes y magnéticos.

Podemos entender el reloj como una forma en miniatura del zodíaco y las revoluciones de los planetas. Los doce signos del zodíaco parecen dar la vuelta a la tierra una vez en cada día solar y una vez en cada año solar. El día es una miniatura del año y el año es una miniatura de ciclos más grandes a través de siglos y Yugas. Cada día se divide en cuatro cuartos de seis horas cada uno, comenzando con el amanecer. El amanecer corresponde a la media luna creciente, el mediodía a la luna llena, el atardecer a la media luna menguante, la medianoche a la luna nueva. La luna nueva es similar al origen de la creación, mientras que la luna llena es similar a la plenitud de la creación.

Hay 14 fases lunares entre cada luna llena y cada luna nueva y funcionan como principios de los 14 (2 por 7) Manvantaras en miniatura. Los siete Manvantaras se encuentran a nivel micro en forma de los siete días de la semana. Todas las pistas relacionadas con los ciclos temporales están ocultas en las fases lunares de la Luna.

Las periodicidades de los diversos planetas a lo largo del zodíaco geocéntrico siguen correspondencias. Por ejemplo, el Sol anual tarda 30 días en pasar a través de un signo. La Luna tarda 30 días para una ronda y Saturno tarda 30 años en completar un ciclo completo alrededor del Sol. Los días de la Luna coinciden con los años de Saturno. Éste es el origen del método de progresión de los planetas para leer un horóscopo. Las semillas del karma sembradas rápidamente en una vida en los planos más sutiles se cosechan lentamente a través de períodos más grandes de tiempo en los planos más físicos. La vida que palpita en nosotros y en el universo es una.

Fuentes utilizadas: K. P. Kumar: Saraswathi. La Palabra. / notas de seminarios / E. Krishnamacharya: Astrología Espiritual. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishtha España (www.edicionesdhanishtha.com)