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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

Grupos y Conciencia de Grupo

Ampliando la Comprensión de los Grupos

Group Consciousness Por muy largo tiempo, la humanidad se ha separado muy lentamente de la conciencia universal y ha aprendido a vivir como unidades individuales. El desarrollo de la individualización fue un gran proceso en el cual hemos cultivado nuestra mente y nuestra personalidad. Hoy hemos alcanzado la tarea siguiente, el reintegrarnos al todo mayor y elevarnos de la conciencia individual a la conciencia de grupo y a la Conciencia Universal.

Al dar el paso hacia el grupo, nos liberamos de la crisálida de vida individual en la que estamos encerrados y comenzamos a unirnos con la Conciencia Una que actúa a través de muchos. Los grupos se forman de manera muy natural alrededor de nosotros, en nuestra casa, en el trabajo. Existen fundamentalmente varias clases de grupos: políticos, económicos, sociales, culturales, espirituales. En realidad un grupo no es más que la agrupación de algunas almas individuales alrededor de un concepto. No debemos tener una comprensión demasiado estrecha de los grupos y de la conciencia de grupo. La conciencia del grupo no se relaciona solamente con los así llamados grupos espirituales. La vida entera es espiritual; la vida de familia, la vida profesional y la vida social ocurren dentro de la vida espiritual y no fuera de ella. Todo trabajo, sea en nuestra casa, en la oficina o en el hospital, incluye el trabajo con otras personas. En consecuencia, no podemos concebir a nuestro grupo como las pocas personas que se agrupan alrededor de nosotros y hablan entonces sobre conceptos de la sabiduría. Tenemos que ampliar la definición del grupo - como nuestra familia, nuestros amigos, los compañeros de trabajo, de actividades sociales y de actividades espirituales. Frecuentemente, se hace más trabajo en función de la conciencia de grupo fuera de éste que en él.

Desde el punto de vista de una conciencia iluminada, todo es un grupo. Un Maestro de Sabiduría o ve al Grupo Uno trabajando como muchos, o ve muchos grupos individuales. Para nosotros es importante darnos cuenta de la unidad fundamental de todos los grupos, independientemente de su nombre, su lugar y su cualidad. A esto pertenecen también todas las agrupaciones en el planeta - minerales, plantas o animales, incluso todas las agrupaciones de planetas o de sistemas solares. Las enseñanzas de sabiduría nos ayudan a mantener presente esta perspectiva. En consecuencia, sintamos la unidad no solamente con nuestro grupo, sino también con otros grupos así como con los grupos que no son espirituales, porque es una conciencia.

Si entendemos a nuestro grupo espiritual como un club con sus miembros, nos hemos cristalizado en conceptos. Sufrimos de creernos especiales. Los individuos, los grupos, las razas y las naciones que se sienten algo especiales, se separan de la corriente general de la vida. Porque mientras más excluyamos, de igual manera nos separamos y quedamos excluidos. En la era actual, todas las actitudes separatistas son forzadas a abrirse. La nota clave es: “integra, no desintegres.” Cuando rechazamos a miembros del grupo, falta síntesis en nuestro grupo. Si detestamos a alguien, sentimos que una sensación de inquietud comienza a trabajar en nuestro estómago. Perdemos nuestro equilibrio y se afecta nuestra salud. La vida de familia es un buen campo de entrenamiento para aprender a hacer concesiones e incluir a otros.

Incluir y Dejar Ir

Hoy en día las personalidades y los enfoques individuales son muy fuertes. El orgullo individual no permitirá que la gente forme parte de un grupo. Los grupos se dividen porque las opiniones y los intereses son más importantes que el amor por el todo. La cooperación dentro de un grupo presenta un gran desafío: se trata de desempeñar el propio trabajo de acuerdo con la totalidad y al hacerlo no enfrentar a otros de una forma agresiva. Así aprendemos a adaptarnos a los otros, a incluir sus opiniones y también a expresar nuestros propios puntos de vista de tal manera que no lastimemos a nadie. La cordialidad crea relaciones grupales correctas. El Maestro E.K. decía: “El grupo es el Maestro. No hagamos nada que contradiga el interés del grupo.”

La estima y el respecto hacia el programa de los otros es de importancia esencial. Cuando deseamos ayudar a alguien, tenemos que pensar cuidadosamente si realmente le ayudamos o le hacemos daño. Esto exige que interactuemos con los otros de la manera más delicada y los dejemos vivir de la forma en que desean vivir. Es una ley espiritual básica el no enseñar o no aconsejar a otros si no se nos lo ha pedido y el no imponerles lo que hacemos. Puede ser que su programa no contenga lo que está en nuestro programa. No debemos pensar que conocemos el programa de la otra alma. De la misma manera, a algunas personas les gusta sobresalir en un grupo, ser su líder y controlarlo; esto es el resultado del deseo personal y representa un problema para la integración del grupo.

Si amamos a nuestras almas compañeras, respetamos su libertad de albedrío y les damos la libertad de tener sus propias experiencias. Y si alguien desea tener sus experiencias en algún otro lugar, puede decidir por sí mismo, si se va y cuándo lo hace. En los grupos civilizados, mantenemos libres y abiertas la entrada y la salida y no retenemos a nadie. Es sólo un andar unido de personas que tienen una manera similar de pensar. Como cuando un río fluye hacia el océano, otras aguas pueden unírsele y continuar fluyendo juntas, o también divergir nuevamente.

Trabajando Unidos

En todo grupo hay personas que simplemente participan y otras que asumen responsabilidades. Al involucrarnos y asumir responsabilidades, comenzamos a trabajar con un grupo. Siempre hay algo de lo que podemos encargarnos, si prestamos atención.

Debemos intentar hacer algo que sea provechoso para otros, sin esperar reconocimiento por ello. No debemos esperar a que se nos pida hacer un trabajo. Una persona normal, bien-equilibrada no atrae ni poco , ni demasiado trabajo. Y si incurrimos en una equivocación, asumimos la responsabilidad de ello - aquí también, ni poca, ni demasiada. Intentamos dar lo mejor de nosotros, con una intención pura y eliminar nuestros motivos egocéntricos en la acción. El trabajo de un grupo no debe quedarse encerrado dentro de sí mismo, sino causar una manifestación tangible en el exterior y expandirse hacia la actividad social. La medida de servicio a la vida circundante define la medida de la profundidad que logremos. Debemos reflexionar sobre esto profundamente.

Para nuestra meditación, la energía del grupo es de gran ayuda. Se crea un flujo de energía y nos recargamos. Podemos experimentar una conciencia superior y una mayor presencia del espíritu más fácilmente. Nos reunimos en convivencias de grupo para estar en comunión a nivel de conciencia y para conectarnos con la luz interior. Una vez que el gusto por la vida subjetiva crece, el espíritu de estar juntos se hace más fuerte que las otras cosas de la personalidad y se reduce la fuerza de la naturaleza inferior. En la vida de grupo ocurre un agrupamiento de personalidades - no por medio de la lógica y la argumentación, sino a través de la alineación combinada. No es una reunión de cabezas, sino de corazones. Entonces debe seguir el agrupamiento de grupos. Si cada uno de nosotros agrega su ladrillo a la estructura, se construye un templo en la vida de grupo, donde el Uno puede residir. Entonces las palabras de Cristo se aplican a nosotros: “Allí donde dos o tres se reúnan en Mi nombre, unidos de corazón y donde prevalezca una comprensión amorosa, Yo ESTOY en medio de ellos. Yo me manifiesto en el punto donde los corazones se reúnen.”

Fuentes Utilizadas: K. P. Kumar: Hércules. El Hombre y el Símbolo / La Cruz de Acuario / Notas de seminarios. The World Teacher Trust / Dhanishta, Visakhapatnam, India. - A. A. Bailey: Magia Blanca, Lucis-Trust, London (www.netnews.org/ www.lucistrust.org ).