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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

Impulso e Impulsividad

Estimulación del Karma

Shopping Cuando caminamos a través de las calles y echamos una mirada a las tiendas, el deseo de comprar cosas crece en nosotros. Entonces, puede que compremos algo porque tenemos la sensación de que lo necesitamos o nos gusta. No lo planeamos, pero de todas formas lo compramos y llenamos nuestros apartamentos. ¿Cómo ocurre esto? La comercialización excesiva nos estimula en la dirección del deseo, y una mente ordinaria reacciona con este estímulo. Actuamos por instinto, por impulso, dirigidos por emociones. El dinero gastado innecesariamente promueve el hábito de la acción impulsiva. Un deseo que sobrepasa los límites de las necesidades eclipsa las fuerzas del discernimiento. Nuestra mente discriminatoria es velada por una cortina oscura, y nos volvemos incapaces de recibir impulsos de círculos superiores. El deseo nunca se termina con una acción, sino que sigue y continúa, causando más y más oscuridad.

La naturaleza del comportamiento estimula nuestro pensamiento, lo que hablamos y nuestra acción, vive con nosotros como el efecto acumulativo de nuestros hechos pasados o nuestro karma. Desde el punto de vista de la astrología espiritual, este estímulo ocurre a través del impacto de los planetas. De vez en cuando, ellos activan la semilla de nuestro comportamiento del pasado, mientras están cruzando, en tránsito o en progresión, las posiciones planetarias de nuestra carta natal. Nos impelen a acciones impulsivas, las que a su vez nos atan con sus efectos. Los planetas nunca provocan algo en nosotros que no estuviera ya allí, en nuestra naturaleza, y depende de nosotros cómo la experimentamos. El plano en el cual está polarizada nuestra conciencia decide si estamos sujetos ciegamente a los impactos planetarios, o nos elevamos sobre de ellos.

Cíclicamente, la luna continúa activando impulsos de nuestro karma individual. Esto nos trae mensualmente cierto tipo de experiencias. Ellas sirven para equilibrar las peculiaridades de nuestra naturaleza inferior. En un plano mucho mayor, Saturno hace lo mismo en el curso de 30 años, y causa experiencias profundas. Cada dos días y medio, la luna cambia de signo zodiacal, y alterna las corrientes de pensamientos favorables y desfavorables, para el hombre promedio. Las vibraciones favorables pueden ayudar al progreso espiritual y las desfavorables son, para neutralizar nuestra polaridad con el mundo objetivo.

La intensidad de las experiencias depende de la cantidad y del estado de nuestro karma del pasado. Mientras más intenso sea éste, debemos ser más alegres y pacientes, para neutralizar nuestras propias vibraciones desfavorables. La meditación y la oración frecuentes crean un escudo protector alrededor de nosotros, y nos protegen contra los impulsos activados por los planetas. Se dice que un hombre que ha alcanzado el plano búdico puro ha consumido su karma del pasado. Ese hombre ya no estará atado por las limitaciones del hábito; para él no existe ni el sufrimiento del pasado, ni lo inevitable del futuro. Para él sólo existe la presencia, y puede trabajar en interna libertad por el plan de la tierra. En esto, los planetas trabajan para él, como sus guías y ayudantes.

Impulsos Espirituales

Para poder recibir impulsos de fuentes superiores, nuestra cabeza tiene que estar libre de reflexiones mentales y alinearse con lo más elevado. Entonces ésta se compara con un loto abierto. En el simbolismo oriental, también se dice que la cabeza tiene que ser cortada y sustituida por la de un carnero. Aries es el principio del ciclo astrológico anual, el lugar de nacimiento de la idea divina. En este mes, el Señor del Mundo recibe el impulso-semilla para el año entero en Shamballa, y lo pasa a los maestros de sabiduría, quienes asimilan el plan anual intuitivamente y lo transmiten a sus discípulos y luego al mundo.

Un impulso espiritual viene como un rayo de luz desde las etapas subjetivas de la conciencia hacia la mente objetiva. Podemos visualizar la luz como un punto de luz en nuestro cerebro y entonces hacer la proposición: “Desde el punto de luz dentro de la mente de Dios, que la corriente de luz fluya a las mentes objetivas de los hombres.”

No es suficiente si estamos simplemente inspirados por la luz o una idea. La inspiración es como el primer impulso. Si no se traduce a la acción, continuaremos siendo solamente impulsivos. Si invocamos la energía del alma, pero no la utilizamos correctamente, nos causa problemas.

Lidiando con los Impulsos

El impulso espiritual debe encontrar su expresión en una actividad de servicio tangible. Pero no debemos actuar simplemente a partir de un primer impulso o invitar a otros a la acción, sino esperar hasta que las cosas tomen su giro.

Las primeras impresiones de una persona con una naturaleza impulsiva son generalmente incorrectas. No obstante, los impulsos no se deben suprimir, sino controlar con discriminación. Hay también momentos de intranquilidad interior que conducen a algunas actividades que producen fracasos. La paciencia y el pensar dos veces neutralizarán esto. Aquí puede ser bueno esperar dos días y medio, o dos semanas y media.

No obstante, podría haber una tendencia a no asimilar impulsos o a posponer cosas y a trabajar bajo presión a última hora. Cuando intentamos mantener la puntualidad y planear nuestra rutina, estos defectos serán compensados. El maestro E.K. nos recomienda insistentemente el mantener un diario. Allí debemos anotar todos los impulsos posibles que vienen desde adentro durante la meditación o en otros momentos, de modo que podamos ponerlos en práctica. Si somos demasiado perezosos para trabajar con un impulso, ya no vendrán más otros impulsos.

Guia Interior

Cuando tenemos el impulso de servir el plan de la Jerarquía o al menos a una instrucción del maestro, recibimos el entrenamiento fundamental. No tenemos que buscar a un maestro, él vendrá a nosotros. Cuando invocamos conscientemente al maestro en la oración, él surge del loto del corazón y da a nuestro conocimiento el impulso necesario a nuestra conciencia, para inspirarnos para nuestro desarrollo y transformación. Él se asegura de que nuestra comprensión se expanda tanto que nos volvemos universales en nuestro pensamiento. Él nos empuja desde adentro, hasta tal punto, que en consecuencia nos convertimos en trabajadores de buena voluntad.

Esto comienza de una manera simple, pero se amplía ilimitadamente. Sentimos que estamos buscando una comprensión mejor, una experiencia mejor, una vida mejor. El maestro nos da el impulso para conocer, para seguir; somos nosotros los que estamos trabajando. Esto recibe el nombre de Tapas en Sánscrito, y Alicia Bailey lo traduce como “aspiración ardiente.”

Nos inspiramos a aprender cosas - astrología, etimología u homeopatía. Sentimos que somos nosotros los que tenemos esta inspiración, pero es la enseñanza del maestro desde dentro. El maestro C.V.V. dice: “Te guiaré desde adentro. De cuando en cuando, todo vendrá a ti desde adentro: lo que tienes que hacer, lo que tienes que estudiar, adónde tienes que ir.” Él nos da un impulso para estudiar el Bhagavad Geeta, la Doctrina Secreta o cualquier enseñanza que contenga la verdad. El libro pudo haber existido ya por miles de años – repentinamente, nos sentimos atraídos hacia él, pero sin embargo, otros no lo son. Cuando aplicamos nuestra intuición a algo, podemos entender el corazón de esta cosa. Se nos revela mucho más de lo que un profesor intelectual puede impartir. Ya no tenemos que trabajar más para saberlo todo.

Sí, nos llenaremos de energía vital, y de cierto modo, esta energía fluirá desde nosotros hacia nuestro entorno, y nos convertiremos en transmisores de energías curativas. Así el maestro nos imparte la clave para la devoción, para el conocimiento y la verdad. Él nos dirige a través de los intrincados senderos de luz del plano búdico, y nos conduce hacia la bienaventuranza de la existencia.

K.P. Kumar: Agni / notas de seminarios / E. Krishnamacharya: Astrología Espiritual. The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishta España.