El Círculo que no se Puede Traspasar
El Anillo Delimitador
Todo en la creación es una expresión de la existencia. En realidad, todo es uno, pero en la creación el uno aparece como muchos. Del espacio ilimitado, de la aparente nada, surge un espacio potencial. Una parte permanece inactiva mientras que la otra despierta. La parte inactiva es la existencia pura, también llamada ESO o verdad; la parte activa es la conciencia o el despertar de la existencia.
El área de la conciencia es como una burbuja en el espacio en la que tiene lugar todo el universo. Esta burbuja de espacio se llama el espacio potencial o el campo de actividad en las enseñanzas de sabiduría. El campo de actividad tiene un anillo delimitador llamado «El Círculo que no pasa». Más allá de esta zona hay un área en el espacio ilimitado que ya no se expresa. El anillo límite es como un círculo dentro del cual tiene lugar la creación. Limita lo ilimitado a un huevo cósmico; el huevo cósmico de la creación no ha ocupado todo el espacio. La creación surge de ESO, la verdad, y está circunscrita por el tiempo.
Todos los seres creados también están circunscritos. Nuestro sol, el centro de nuestro sistema solar, tiene una esfera de influencia que se limita al sistema solar. Los planetas se mueven dentro de su esfera. A su vez, los planetas tienen su propia esfera de influencia, al igual que los seres de los planetas. Cada ser humano y cada animal tiene su esfera de influencia limitada; los devas también tienen sus esferas definidas. Tenemos límites con los animales o con las plantas, también tenemos límites entre los seres humanos, dependiendo de nuestro estado de conciencia.
Tales limitaciones forman parte de la naturaleza de la creación. En la sabiduría oriental se llama el límite de Varuna. Varuna establece las líneas circulares y los límites y determina el “Círculo que no se pasa”. Él limita el alcance del espíritu nivel por nivel. En el plano físico, limita la mente casi por completo. Se considera que ésta es la actividad de la materia, que está guiada por Varuna. Es Varuna quien no nos permite entrar en estados superiores de conciencia a menos que los hayamos elaborado con la ayuda del conocimiento y la experiencia, y también se asegura de que no caigamos en estados inferiores de conciencia. Dependiendo de cómo desarrollemos nuestra conciencia, Varuna nos ayuda a pasar al siguiente nivel. Puede que queramos entrar en el plano búdico y experimentar la inmortalidad, pero la cuestión es hasta qué punto nuestra conciencia está centrada en lo supramundano o en las cosas mundanas. Una oración ferviente permite que lo Divino venga a nosotros para que podamos trascender el anillo en términos de cosas mundanas más allá del cual normalmente no llegamos. La oración también nos otorga la capacidad de esperar.
Toda limitación es un “Círculo que no pasa”. Aunque somos infinitos por naturaleza, desarrollamos definiciones autoimpuestas en la creación. Creemos que somos humanos, que somos hombres o mujeres, jóvenes o viejos. Desarrollamos un sentido de finitud, de que para todos los que nacen, la muerte es una profecía cierta. El concepto de finitud es el círculo de ilusión que desarrollamos dentro de nosotros mismos en la creación. Sólo a través de nuestra propia ilusión nos sentimos separados de la conciencia universal.
Conceptos e ilusión
El alma se ha separado de la superalma, del superconsciente. El sentimiento de separación hace que el alma se circunscriba y se limite. A través de esta separación, el alma forma su propio ego y la ilusión de su separación, y con ello su propio orgullo de ser especial y sus propios prejuicios. Hemos desarrollado conceptos y barreras asociadas, como la nacionalidad, el idioma y el género, que colorean nuestras preferencias, inclinaciones y rechazos. Desde un punto de vista superior, todo esto es una especie de ilusión.
Podemos desarrollar fuertes gustos y aversiones por ciertas cosas, pero por nuestro gusto o aversión creamos nuestras propias limitaciones y luego sufrimos por ellas. Las buenas personas están atrapadas por buenos hábitos, las malas personas están atrapadas por malos hábitos. La conciencia es omnipresente, pero se constriñe cuando está limitada. No acepta esta limitación y quiere crecer más allá de ella.
A medida que evolucionamos, podemos darnos cuenta de que nuestras creencias y conceptos ya no son válidos. Todos los conceptos cumplen su función hasta cierto punto, pero a medida que evolucionamos, nuestra comprensión crece y nuestros conceptos cambian. Los conceptos científicos o religiosos son relativos al tiempo y al espacio. No hay razón para luchar contra ellos. Podemos simplemente dejar que los conceptos existan, ya que nosotros existimos más allá de los requisitos del tiempo y el espacio y podemos entrar y salir a través de los conceptos. No debemos romper el concepto, sino saber cómo salir de él.
Que algo sea una ilusión o no depende de nuestra propia percepción. Si vemos toda la creación como una forma de lo divino, entonces no es una ilusión para nosotros, porque lo divino siempre está ahí. Lo divino es el UNO permanente. Si vemos algo como divino, no puede ser una ilusión. Si reconocemos todo como divino, entonces permanecemos en la experiencia de lo divino.
Debemos recordar que somos esencialmente ESO y ESO existe como todo en la creación. Sentimos una limitación autoimpuesta dentro de nosotros mismos. Las definiciones autoimpuestas y las limitaciones asociadas pueden superarse si nos identificamos con el Infinito y contemplamos, por ejemplo, el mantra Narayana y el color azul. Podemos superar las limitaciones, por ejemplo, sintonizando con el canto del corazón: “SO HAM”, “ESO SOY”. La liberación de las circunscripciones es necesaria si queremos reabsorbernos en la Conciencia Universal. El Maestro dentro de nosotros, el fundamento de nuestro ser, no tiene fronteras.
Hay algunas escrituras que no hablan de maya ni de ilusión porque defienden que todo es divino y que lo divino es permanente. Hay personas que viven en un estado de conciencia en el que han superado la ilusión de la separación, incluida la separación entre masculino y femenino; para ellos no existe el impulso sexual. Cuando conocen a un hombre o a una mujer, no se produce ningún cambio en su aura ni en sus emociones ni en la química de su cuerpo.
Incluso si consideramos la conciencia como un todo, existen fronteras entre los niveles de conciencia. No podemos mezclarlos. Hay diferentes grados de desarrollo espiritual. Hay personas entre nosotros que se mueven en los niveles más elevados de conciencia. Otros viven en los niveles más mundanos. Respetamos estos límites y nos comportamos en consecuencia.
Las malas acciones provocan un estrechamiento de la conciencia y las acciones de buena voluntad provocan una expansión de la conciencia. Una persona que tiene una mayor conciencia penetra en áreas más amplias. Sus horizontes son más amplios y tiene un radio de acción mayor. El horizonte de un maestro de sabiduría, por ejemplo, penetra en todo el globo. Según nuestro nivel de conciencia, ampliamos nuestro radio de acción. No es que los humanos seamos diferentes en esencia, sino que tenemos diferentes limitaciones, y eso tiene que ver con nuestro propio estado de conciencia. El “Círculo que no se Puede Traspasar” existe para todos. A medida que avanzamos hacia una mayor conciencia, el anillo se expande más y más.
Vritra
En el simbolismo védico, el principio cósmico de Vritra restringe y limita la actividad de todo ser. Vritra se describe alegóricamente como el peor de los demonios, un monstruo en forma de vórtice con forma de serpiente o dragón que envuelve a todos los seres con sus espirales. Sin embargo, también se considera que Vritra es el principio superior que trabaja para el plan divino creando anillos y límites para la manifestación de ESO mientras permanece ESO mismo. Los seres permanecen dentro de los anillos mientras que Vritra está más allá de ellos.
Este misterio está representado en los Puranas a través de una gran historia: El demonio Vritra limitó al rey celestial. El rey celestial desarrolló el sentimiento de ser el rey. Quiso luchar con Vritra, ya que parecía ser más poderoso que él, y pidió ayuda a la divinidad. Sin embargo, no pudo matar a Vritra. Acudió de nuevo a la Divinidad y consiguió más llaves para matar a Vritra, pero no lo consiguió. Entonces le preguntó a Vritra cuál era el secreto de su vida. Vritra dijo: “El secreto es: mientras quieras matarme, no podrás matarme. Estás luchando para matarme. Ese no es un buen motivo, yo no lucho contigo. Hago mi trabajo, incluso cuando peleas, no peleo contigo. Te veo como un niño ignorante. No me veas como tu enemigo, mírame como lo divino. Cuando me veas completamente como algo divino, entonces te despejaré el camino. Hasta entonces, no podrás vencerme”.
Este relato se da a los discípulos avanzados. Primero el discípulo es entrenado a través de la disciplina. Luego se le aconseja que mire más allá de la disciplina. Esto requiere un análisis muy sutil. La restricción, que a primera vista parece un obstáculo, es en realidad una protección necesaria más allá de la cual podemos crecer.
Como principio planetario, Saturno está conectado con Vritra y Plutón en otro nivel. El Maestro EK describe a Vritra en el libro «Sacrificio del Hombre» como el ángel de la costumbre y el discípulo favorito de Krishna.
Fuentes utilizadas: K.P. Kumar: Saraswathi - La Palabra; notas de diversos seminaries; E. Krishnamacharya: El Sacrificio del Hombre The World Teacher Trust / Ediciones Dhanishtha España (www.edicionesdhanishtha.com)