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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

Aditi

Diti y Aditi

Aditi

La sabiduría Védica ilustra principios cósmicos en forma de narrativas llenas de contenido simbólico. Los nombres e historias se revelan a aquéllos que conocen la esencia, pero aquéllos que sólo saben los nombres se confunden.

El Sol de nuestro sistema es descrito como un ojo que todo lo ve, y también hay un ojo que todo lo ve para el universo llamado el gran vidente Kashyapa. Kashyapa encarna la bóveda, el espacio en su forma potencial. En la masonería es también conocido como el Gran Arquitecto del universo. Kashyapa es el que supervisa los mundos; permance como un observador sin interferir con el trabajo de creación.

Se dice que Kashyapa tiene dos esposas: Diti y Aditi. Diti significa la Madre de la Oscuridad, y Aditi, la no-oscuridad, o la Madre de la Luz. Diti es la Reina de la Noche y del Oeste, Aditi es la Reina del Día y del Este. En la rueda del año, las dos mujeres se describen simbólicamente como Cáncer y Capricornio y Kashyapa como el arco entre los dos signos. Kashyapa da su energía a las dos mujeres para que puedan trabajar en la creación; pero no favorece a ninguna. Toda la creación es un tejido de la actividad de estas dos madres.

Con Kashyapa, Aditi dio a luz a doce hijos, los doce Adityas. Eran seres muy poderosos y radiantes. Diti se puso celosa y también quiso niños de Kashyapa. Lo llevó hacia el dormitorio. Él le dijo que era sólo la hora del crepúsculo de la tarde y que no era un buen momento, pero ella insistió: “quiero tener hijos más poderosos y superior en número a los de Aditi.” Entonces Kashyapa respondió: “que así sea”.

Diti dio a luz a miles de seres oscuros porque nacieron de la oscuridad. Los hijos de Diti se llaman Sarpas, las serpientes rastreras. Se mueven horizontalmente; son las serpientes del tiempo y pueden atar a los seres en innumerables ciclos de tiempo. Inmediatamente después del nacimiento cavaron hoyos en el éter y desaparecieron en los mundos del vacío abismal.

Los Hijos de Aditi

Los hijos de Aditi ascienden verticalmente; son los Devas, los seres de luz, las águilas. A través de su presencia, nuestra alma quiere subir a las mayores alturas; nuestro cuerpo, sin embargo, dice, “es muy difícil, mejor que me quede en casa”. El aplazamiento de buenos hábitos pertenece a nuestra naturaleza inferior; está bajo el control de los hijos de Diti, también llamados Daityas. Es su deber el fortalecer el lado material.

Los Adityas son suaves y tienen el conocimiento; despiertan en nosotros las cualidades divinas. Los Daityas son duros y fuertes; gobiernan las actividades de la noche y la ignorancia. Ambos vienen de la misma fuente y pelean unos con otros. Esto pertenece a la esencia de la creación.

Los miembros de la Jerarquía no luchan con la oscuridad. Ellos saben que no puede haber un nuevo día sin haber primero una noche, ni luna llena sin luna nueva, ni expansión sin consolidación. Conocen el propósito de la oscuridad y guían a la gente incluso a través de tiempos oscuros. La síntesis de la sabiduría ve cómo todo ES, y entiende la creación como el juego de las fuerzas de la Luz y de la Oscuridad y que el Señor ama igualmente a ambos.

A veces en el juego, un lado lleva ventaja sobre el otro y el equilibrio es perturbado. Cuando hay una perturbación grave, el Señor baja a la creación a restablecer el equilibrio. Krishna dijo: “Vengo una y otra vez cuando hay alteración de Dharma, la Ley”. Con nuestro libre albedrío decidimos si nos orientamos a las energías de la Luz o de la Oscuridad y de esta manera el conocimiento o la ignorancia aumentan en nosotros.

Los Velos de Luz

En las escrituras, Aditi es descrita como Mula Prakriti; en la Doctrina Secreta ella se menciona como sustancia primordial. En el Antiguo Testamento es llamada 'la Profunda'. Ella es la Madre del Mundo, la Madre de los Devas que traen la creación a la Luz. Dice que el espíritu de creación está cubierto por nueve velos. El primer velo es la luz primordial, Aditi.

De este primer velo de la Luz emergen otros tres velos, la Trinidad de las cualidades de Voluntad, Amor y Actividad. Luego están los velos de los cinco elementos, que juntos dan nueve velos. Ellos causan las diferenciaciones de la creación. En el sendero espiritual levantamos lentamente los velos para obtener la percepción espiritual. Así reconocemos la Verdad de que todo es Un Espíritu funcionando en muchos cuerpos y de variadas maneras. ÉSE es el Espíritu omnipresente. Cuando nos damos cuenta de este conocimiento, estamos en el mundo, pero no limitados por él.

La experiencia de la realidad aparente es creada por las inteligencias de la oscuridad; ellas protegen el fenómeno de la creación. Mientras vivimos en los cinco elementos, su ilusión es una realidad para nosotros: aunque sabemos que los otros cuatro elementos han surgido de Akasha, el espacio, no podemos beber materia ni respirar agua. Así, la ilusión nos permite vivir en la creación. Sabemos que todos somos almas, no importa si somos hombre o mujer, pero el marido y la mujer sienten una relación especial, y también hacia sus hijos; y los niños podrían ser almas mayores que los padres. Esta realidad aparente es creada por las inteligencias de la oscuridad. Nos identificamos con nuestros papeles, y si nos olvidamos nuestra realidad original, el juego de la ilusión se convierte en una realidad sólida.

12 Devas de Radiación

Aditi es la Luz más allá de la oscuridad, que también se llama Fuego Cósmico y que es cantada en el Purusha Sukta. Es una luz invisible que sólo es visible para aquéllos cuyo centro Ajna está abierto. Lo que vemos como la luz es una apariencia muy posterior. La Luz de Aditi es la luz de la conciencia. La energía cósmica de Aditi impregna el espacio con 12 cualidades de energía llamadas los 12 Devas de radiación, los Adityas. Funcionan como unidades de conocimiento a través de los 12 signos solares. Siempre es la misma luz pero mes tras mes trae diferentes calidades. El rayo de sol de Géminis tiene otro efecto que el rayo de Cáncer. A través de su luz, que no podemos ver, se nos acerca un Aditya. Cada una de las 12 luces diferentes contiene siete rayos otra vez. Así tenemos el número 84 que va con Urano. Urano también es visto como el Sol mayor; su revolución alrededor del sol, a través de todos los 12 signos solares, tiene 84 años.

La Luz más allá de toda oscuridad también existe en nosotros como conciencia de la impregnación. Esta conciencia nos impregna y nos llena de la cabeza a los pies y también va más allá del cuerpo. También se llama Vishnu, la persona cósmica, que es considerada como el primero de los Adityas. “Entre los Adityas yo soy Vishnu”, dice el Señor Krishna: “Entiéndeme como esta conciencia en ti que lo llena y lo permea todo!”

Los 12 Adityas con sus cualidades están localizados en nuestro cuerpo como 12 puntos potenciales correspondientes a los 12 signos solares. A través de ellos se despliegan sus estados específicos de conciencia en nosotros. Estos puntos potenciales son estimulados por una contemplación de estas cualidades enfocadas en la Luz.

El Sol de cada sistema solar es un hijo de Aditi. Así, Aditya también denota el sol cósmico o espiritual, del que emergen 12 sistemas solares. En nosotros, el sol cósmico, Aditya, es el Sahasrara, el sol central, Savitri, el centro Ajna, y el sol visible, Surya, el centro del corazón, que distribuye la Luz.

Además de los Devas de la radiación, los Adityas, están los Devas de vibración llamados Rudras – ellos generan la pulsación en nosotros – y los Vasus, los Devas de formación. Conjuntamente con los dioses gemelos, los Ashuin, el principio inseparable macho-hembra, son 33 grupos de Devas. Los Devas también trabajan en nosotros. En nosotros está el plano supra-cósmico, el cósmico, el solar y el planetario. No hay nada en la creación que no esté también en nosotros. Deberíamos tener esto en mente y tratar de cooperar con los Devas. Cuanto más puedan expresar sus cualidades a través de nosotros, más lo material irradia como una joya. Esta Luz fundamental es la luz de Aditi.

Fuentes: K.P. Kumar: Sri Suktam. La Naturaleza y las Características de la Madre del Mundo Notas de seminarios. / The World Teacher Trust - Ediciónes Dhanishta España. (www.edicionesdhanishtha.com)