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  • Sabiduría para la práctica
  • La Sabiduría es conocimiento aplicado
  • La sabiduría se propaga ella misma

Sabiduría para la práctica

La Sabiduría es para la práctica, no para hablar de ella continuamente. Si nos limitamos a hablar de los Maestros, los Rayos y las Jerarquías, tan sólo conseguimos descuidar nuestras obligaciones presentes.

La Sabiduría es conocimiento aplicado

Cuando el conocimiento es aplicado deviene sabiduría. Solemos obtener mucho conocimiento pero tenemos que aplicarlo en nuestra vida diaria para que se transforme en sabiduría. A través de la sabiduría experimentaremos la existencia.

La sabiduría se propaga ella misma

No tenemos que estar deseando difundir la sabiduría sin trabajarla en nosotros mismos. No hemos comprendido bien si pensamos que podemos difundir la sabiduría. La sabiduría sabe como difundirse. Sólo necesita canales.

El Reino de Dios

El Proceso de Evolución

El Reino de los Devas

La evolución condiciona toda manifestación; es un ciclo eterno de conversión. La evolución trabaja incesantemente y con propósito. Por qué razón esto es así y cuál es el objetivo exacto, nadie sabe; pero así es la Voluntad divina. El proceso evolutivo revela el Plan poderoso y sublime de la divinidad - el desarrollo progresivo de la vida desde el reino mineral al vegetal, al animal, al hombre y finalmente al reino espiritual, el Reino de Dios. Lo que existe en el reino espiritual, más allá del reino humano, permanece oculto para el hombre, tal y como se oculta la condición humana para el animal. Así como el aspecto divino de la mente dio origen al reino humano, el aspecto divino del amor trae el reino espiritual a la existencia.

En la retrospectiva de la historia, la imagen del hombre evolucionando puede verse claramente como ha crecido desde el nivel del hombre de las cavernas a la de un Shakespeare, Leonardo Da Vinci, Beethoven, Einstein, a un Cristo y un Buda. La capacidad del hombre para lograr en cualquier campo de la expresión humana parece ser ilimitada. Esto da motivos para el optimismo en cuanto al destino humano; no debemos permitir que eventos malos, depresivos, en el primero plano inmediato borren la larga historia del desarrollo humano.

Formando un Puente

Como humanidad somos el cuarto reino natural; formamos el centro de los siete reinos naturales. Por debajo de nosotros, hay minerales, plantas y animales. Por encima de nosotros, están los tres reinos de Deva con las inteligencias del reino planetario, el solar y el cósmico. Podemos recibir las energías de círculos superiores y transmitirlas a los planos inferiores y así transmutar lo inferior para que se eleve al plano superior. Nuestra posición, estando en el centro, debemos construir un puente para relacionar lo superior con lo inferior y experimentar su síntesis en nosotros. Podemos ayudar a la evolución de los minerales, de las plantas y de los animales para desarrollarse más arriba. Podemos ayudar a los seres humanos a alcanzar los estados de conciencia super mundanos. También podemos ser canales de las inteligencias superiores, para que puedan trabajar a través de nosotros en el plano visible.

El desarrollo de la creación comenzó con estas inteligencias, los Devas o ángeles. Ellos también son conscientes de los cuatro reinos inferiores; pero no actúan en el plano físico por su propia cuenta ya que no tienen cuerpos materiales densos. Los animales y las otras criaturas de los reinos inferiores de la naturaleza no pueden saber lo que va más allá de lo físico. Pero el hombre tiene todas las posibilidades. Así los Devas esperan que los seres humanos se unan a ellos como ayudantes. Buscan seres humanos responsables a través de los cuales puedan manifestar las cosas. Pero cuando la conciencia superior no está activa en el hombre, tiende a ser irresponsable. Las escrituras dicen que nacer como un ser humano no es sólo un privilegio sino una responsabilidad. Sólo unos pocos son conscientes de su potencial y su responsabilidad.

Mientras vivimos en la ignorancia, nos bloquean el libre flujo de energía de lo superior a lo inferior y por tanto, también la transformación de lo inferior a lo superior. Nos convertimos en el cuello de botella de toda la creación. Por ello es imperativo que adquiramos conocimientos sobre cómo podemos canalizar las energías de los tres reinos superiores dentro de nosotros mismos y transmitirlas a los tres reinos inferiores. Sólo de esta manera podemos recibir el Plan de los reinos superiores, vivir en consecuencia y transmitirlo a los reinos inferiores de la naturaleza. Para lograr esto, tenemos que desarrollar una personalidad que permita este trabajo.

Para el planeta, la humanidad representa el centro de la garganta, el reino animal es el plexo solar, el mundo de las plantas es el centro sacro y el reino mineral es el centro base. Los tres centros superiores son el Sahasrara o el centro de la cabeza, el Ajna o el centro del entrecejo y el Anahata o centro del corazón, hasta donde la síntesis es. Como seres humanos vivimos con el objetivo de formar un puente entre lo inferior y lo superior. Es la columna vertebral en nosotros. Sin el Sushumna desde el centro de la cabeza al centro base, no habría ninguna manera de bajar las energías superiores y transformar las energías inferiores en superiores.

Conexión con el Reino de los Devas

La conexión con el reino Dévico sucede debido al sendero de la luz. Los Devas son seres de luz y transparencia. El mundo de la luz se llama el plano búdico. En este mundo de sabiduría y de amor viven los maestros, mientras que nosotros vivimos sobre todo en el mundo del pensamiento y la lógica. La luz de este mundo es débil en comparación con la de búdico, la radiante luz del alma. El camino ascendente de la evolución es un proceso electromagnético en el que el poder de la bujía del “YO SOY” se incrementa en cada unidad, mientras la conciencia despierta a niveles cada vez más elevados hasta que se experimenta la iluminación superior. En un cierto momento de la evolución la luz en nosotros es tan fuerte que nos convertimos en Maestros. Los iniciados y los Maestros forman el puente para que nosotros podamos alcanzar el mundo de la luz. Trabajan para construir el Reino de Luz en la tierra. Aquí y allá, hay seres humanos que se transforman en Maestros. En la tierra, hay muchos iniciados que viven en cuerpos físicos. A través de ellos se realiza una gran obra, pero esto no es suficiente para elevar el planeta y comprender el reino de Dios en la Tierra. Es posible cuando una parte sustancial de la humanidad construya el puente y tome la iniciación.

Cuando desarrollamos la transparencia en nuestro comportamiento y nos conectamos verticalmente, la luz de lo Divino puede descender en nosotros. En la meditación podemos visualizar cómo entramos en el corazón o en la frente y nos movemos verticalmente en la luz. Somos fortalecidos más y más para que podamos hacer cosas en el mundo que son hermosas, que tienen orden y son de carácter noble o inspiradoras. El reino de Dios desciende a la tierra para hacer la tierra hermosa.

Cuando vemos el mundo hoy en día, parece que sucede lo contrario. Parece haber más y más actividad ignorante, actitudes agresivas y asesinatos en masa. Todos éstos son vistos desde los círculos superiores como la emergencia de las enfermedades ocultas del planeta y de sus seres. Cuando la enfermedad está oculta dentro y no se conoce, es muy peligroso. Una vez que sale a la superficie podemos trabajar para eliminarla.

Crisis del Ángel Solar

El alma que somos, es parte de un gran ser llamado “ángel solar” o el “Señor morador”. En el sistema védico, es llamado Vasudeva. El ángel solar trabaja en cada uno de nosotros como el alma individual. La energía del alma va principalmente al Reino de Deva, el quinto reino de la naturaleza. Su reflejo trabaja en la personalidad y así trae el impacto del alma en el cuarto reino de la naturaleza. Sólo un poco de la luz del ángel solar fue traída a nuestras células cerebrales. La conciencia YO SOY en nosotros se basa en la presencia del alma o ángel solar.

Este ángel solar está pasando ahora por un momento de crisis y reorientación, y así debemos alinearnos a un nuevo orden. En los primeros días de la humanidad, cuando ocurrió la individualización, había ya una gran crisis cuando el alma una se convirtió en muchas. Ahora el objetivo es que los muchos se conviertan en uno otra vez. En esta crisis, tenemos que intensificar nuestra personalidad para estar suficientemente radiantes como para entrar en el quinto reino de la naturaleza. Las personalidades tienen que despejar el camino; de lo contrario, se romperán. Nos guste o no, seremos transformados para que podamos desarrollar el ritmo adecuado y alcancemos la vibración más alta. “Doblarse o quebrarse” es la única opción hoy en día. Por tanto, hay tanta lucha en la tierra porque la actividad está dirigida hacia el reino de Dios y las fuerzas del egoísmo y del separatismo se interponen en el camino.

Comprendiendo el Reino de Dios

El reino espiritual no existe solamente en las iglesias y los templos; también la ciencia, los negocios y la política y las otras esferas de la vida, deben convertirse en los reinos de Dios. Los miembros de este reino espiritual son los que, a través de su pensamiento y esfuerzo creativos, crean las condiciones adecuadas en todos los campos del esfuerzo humano. Comparten los frutos de su trabajo con todos los que quieran trabajar en consonancia con los principios seculares del amor, la compasión y la cooperación.

Debemos concentrarnos más y más en las áreas del alma donde la Jerarquía trabaja incesantemente y de manera conjunta en el puente entre la humanidad y el reino Dévico. La Jerarquía ha decidido permanecer con la humanidad y ayudarnos a alcanzar el reino Dévico. Hay mucho trabajo en el otro lado y no estamos muy enfocados en él. No debemos ignorar o negar la Jerarquía y el reino Dévico. Su existencia es verdadera y objetiva. Cuando pensamos en ellos, recibimos fuerza e inspiración de ellos para enfrentar los desafíos de la vida cotidiana y para entrar en el reino de Dios. Por tanto, debemos creer en la presencia del reino Dévico y tener una conciencia reverencial a los diferentes Devas. Recibimos mucho de ellos. Los Devas no nos necesitan pero cuando les adoramos, les devolvemos algo. Así, cada uno de nosotros puede ayudar a realizar el reino de Dios en la tierra.

Fuentes: K. Parvathi Kumar: Nutrientes para el Discipulado / Curación Espiritual / Notas de seminarios. Dr. E. Krishnamacharya: Know Thyself (Conócete a Ti Mismo). The World Teacher Trust / Ediciónes Dhanishtha España (www.edicionesdhanishtha.com)